Mientras caminaban, Diana se sintió agradecida por la solidaridad de sus amigos. A pesar de los desafíos que enfrentaba como nueva estudiante en un país extranjero, sabía que no estaba sola. Con amigos como Meliodas, Elizabeth, King y Helbram a su lado, se sentía más fuerte y capaz de superar cualquier obstáculo.
- A que se dedican ustedes en la escuela, hay clubes? – preguntó Diana señalando.
- Claro que sí, hay de cocina, canto, porristas, karate y bascket Ball – respondió Elizabeth nombrando los clubes con los dedos. – creo que son todas, sip -
- Harlequin está en el club de karate, es un hada que utiliza el chastiefol pero cuando se trata de pelea física, le ganan hasta los gatos – comentó helbram en tono divertido y medio riéndose.
Elizabeth se rió ante la broma de Helbram y luego se volvió hacia Diana.
- ¿Y tú, Diana? ¿Te interesa unirte a alguno de los clubes? - preguntó con una sonrisa acogedora.
Diana, aún sonriendo por el comentario de Helbram, hizo una pausa antes de responder con señas.
- Me interesa el club de cocina - señaló. - Me encanta cocinar y sería una buena oportunidad para aprender más y compartir algo de mi cultura.-
- ¡Eso es fantástico! - exclamó Meliodas. - El club de cocina siempre está buscando nuevos talentos y sería maravilloso probar platos típicos de México.-
Helbram asintió con entusiasmo. - Y no te preocupes por lo que dije de King - añadió, dándole un codazo amistoso a su amigo. - Él es bastante bueno en karate, solo que a veces los gatos son... inesperadamente ágiles. -
King sonrió, aceptando la broma de Helbram.
- Quizás pueda enseñarte algunas técnicas de defensa personal - le ofreció a Diana. - Podría ser útil, y es una forma divertida de hacer ejercicio.-
Diana pareció considerarlo por un momento y luego asintió.
- Me gustaría eso - indicó. - Y tal vez pueda enseñarles a hacer algunos postres mexicanos en el club de cocina.-
Con planes para el futuro y nuevas amistades fortaleciéndose, el grupo se dirigió hacia el aula de cocina para que Diana pudiera inscribirse. La mañana había comenzado con un desafío, pero ahora, con el apoyo de sus amigos, Diana se sentía lista para enfrentar cualquier cosa que la escuela le presentara.
Luego Elizabeth y meliodas fueron al club de canto y helbram al de bascket, quedaron a solas Diana y King, a quien le latía fuerte el corazón mientras caminaban un poco por el patio.
- Sabes? Antes no era sordomuda, solo sorda... podía hablar pero solo utilizando el audífono podía escuchar – comentó Diana señalando. King la ve atentamente. – perdí la capacidad hablar por un fuerte trauma desde antes de venir a Japón- señaló.
King se detuvo, mirando a Diana con una expresión de profunda empatía.
- No puedo imaginar lo difícil que debe haber sido para ti - señaló con cuidado, su lenguaje de señas lento y deliberado. - Pero aquí estás, superando obstáculos y abriéndote a nuevas experiencias. Eso es realmente admirable.-
Diana le devolvió la mirada, y aunque sus ojos reflejaban la sombra de recuerdos pasados, también había una chispa de determinación en ellos.
- Sí, ha sido un camino difícil - indicó - pero no quiero que mi pasado defina mi futuro. Quiero crear nuevos recuerdos felices aquí, en Japón.-
- Y los crearás - afirmó King con una sonrisa alentadora. - Tienes amigos que te apoyan y un nuevo comienzo. Cualquier cosa que necesites, estoy aquí para ti.-
Diana asintió, sintiendo una oleada de gratitud por la bondad de King. Juntos, continuaron caminando por el patio, compartiendo un silencio cómodo lleno de promesas no dichas y esperanzas para el futuro.
Sonó el timbre y ambos volvieron al salón para comenzar las clases, tenían matemática, nada más entraron al salón y se escucharon comentarios prejuiciosos sobre Diana, quien se pone un poco mal y King les lanza una mirada asesina a todos.
- Enserio ¿Cuántos años tienen? Tienen 16 años y parecería que tuvieran 5 años – recriminó King enojados.
La clase quedó en silencio después de las palabras de King. Los estudiantes, sorprendidos por su reacción, intercambiaron miradas incómodas y luego desviaron la vista. La profesora, que acababa de entrar, se percató de la tensión.
- Parece que necesitamos recordar la importancia del respeto - dijo la profesora, su tono serio pero calmado. - Este es un lugar de aprendizaje para todos, y cada uno de ustedes merece ser tratado con dignidad-
Diana, aunque aún afectada por los comentarios, se sintió reconfortada por la intervención de King y la profesora. Se sentó en su lugar, decidida a no dejar que las palabras de los demás la distrajeran de su educación.
King se sentó junto a ella, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora. La clase de matemáticas comenzó, y mientras la profesora explicaba las ecuaciones en el pizarrón, King escribió una nota y la pasó discretamente a Diana.
- No estás sola - decía la nota. - Estoy aquí para ti.-
Diana leyó la nota y asintió hacia King, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro. Juntos, se concentraron en la lección, trabajando a través de problemas matemáticos y encontrando consuelo en su mutua compañía. A pesar de los desafíos, ambos sabían que podían contar el uno con el otro.
De repente se abrió la puerta del aula, estaban entrando los tres que faltaban.
- Lo siento, profesora, recién se terminaron las clases de clubes – se disculpó Elizabeth por los tres, a la vez que se sientan en sus lugares.
- Descuiden, recién empezamos – respondió la profesora.
Meliodas notó el ambiente y le preguntó a su amigo.
- Oye, King ¿Qué sucedió aquí? Noto un ambiente mortífera- preguntó mirándolo en voz baja.
- Bullying, eso pasa... estos gillipollas hicieron comentarios prejuiciosos sobre Diana- le contó King aún un poco molesto. Los tres suspiran con enojo.
Meliodas frunció el ceño, su habitual aire despreocupado reemplazado por una seriedad inusual.
- Eso no está bien - murmuró. - Tenemos que hacer algo al respecto.-
Elizabeth, que había escuchado la conversación, se volvió hacia Diana.
- No dejes que te afecten - le dijo en voz baja. - Eres más fuerte que sus palabras.-
Helbram, que se había sentado en su lugar, agregó.
- Si necesitas algo, solo dilo. No vamos a permitir que nadie te trate de esa manera.-
La profesora, notando el cambio en la dinámica del aula, decidió intervenir.
- Vamos a tener una discusión sobre el respeto y la empatía después de la clase - anunció. - Es importante que todos entiendan el impacto de sus palabras y acciones.-
Con la atención de la clase ahora en la lección de matemáticas, Diana se sintió un poco más aliviada, sabiendo que tenía el apoyo de sus amigos. Y aunque el camino por delante podría tener sus desafíos, ella sabía que no estaría sola para enfrentarlos.
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un gran cambio
Fanfictiondiana, una joven sordomuda llegó a Japón debido a una vida traumática en México, conocerá a unos jóvenes hadas, demonio y diosa, quienes se convertirán en sus mejores amigos, y uno de ellos será su interés romántico, King, quien estará a su lado par...