Parte 3

1 0 0
                                    

Pasaron varias semanas, Diana ya se sentía segura junto con sus amigos, con el que más pasaba tiempo era con King, quien estaba muy enamorado de ella pero se lo guardaba para sí mismo por el momento.

Ese día martes, Diana estaba en el club de cocina, haciendo una comida típica se su país, en ese momento se le acercó una joven hada rubia.

- Hmm huele delicioso- comentó la rubia.

- Gracias, es lo que comemos normalmente en México – señaló Diana con una sonrisa leve.

- Entiendo, por cierto, me llamo Elaine fairy – señaló Elaine con calidez.

Diana, sorprendida por la aparición de Elaine, le devolvió la sonrisa.

- Es un placer conocerte, Elaine - indicó con señas - soy Diana.-

Elaine observó con interés cómo Diana preparaba la comida.

- ¿Puedo ayudarte en algo? - preguntó, mostrando su disposición a colaborar.

- Claro, si quieres, puedes ayudarme a preparar las tortillas. - señaló Diana, enseñándole a Elaine cómo amasar la masa.

Mientras trabajaban juntas, Elaine parecía genuinamente interesada en aprender sobre la cultura mexicana y su cocina. Diana se sentía cómoda compartiendo su conocimiento, y la conexión entre ellas crecía con cada tortilla que aplastaban y cada historia que compartían.

King, que había entrado al club de cocina para ver cómo estaba Diana, se detuvo al verla con Elaine. Su corazón latía con fuerza, no solo por sus sentimientos hacia Diana, sino también por la sorpresa de ver a su hermana interactuando con ella.

- Parece que te has hecho una nueva amiga - señaló King con una sonrisa cuando se acercó a ellas.

- Sí - indicó Diana. -Elaine ha sido de gran ayuda.-

La tarde transcurrió entre risas y el aroma de la comida mexicana. Para Diana, cada día en la escuela se convertía en una oportunidad para fortalecer amistades y crear recuerdos que atesoraría, sin importar los desafíos que hubiera enfrentado antes. Y para King, ver a Diana tan integrada y feliz era un recordatorio de que los sentimientos que guardaba eran tan valiosos como la amistad que compartían.

Al rato, salen del club para empezar con la clase de inglés, ya que había sonado el timbre, estando ya sentados juntos en clases, hacían chistes de inglés.

- Ayer vi un libro en la librería que dice "aprende inglés en 20 pasos" me pasé caminando media hora, y nada – señaló Diana bromeando, a lo que King se ríe divertido.

En ese momento se escucharon unas risas divertidas de los tres amigos que llegaban y se sentaron en sus lugares.

La llegada de Meliodas, Elizabeth y Helbram llenó la clase de una energía jovial. Meliodas, siempre listo para unirse a la diversión, lanzó su propio chiste al grupo.

- ¿Qué le dijo el verbo 'to be' al verbo 'to do'? ¡Sin ti, no puedo 'be' completo! - dijo Meliodas, provocando más risas entre ellos.

Elizabeth sacudió la cabeza con una sonrisa ante la ocurrencia de Meliodas, mientras Helbram añadía:

- Y yo que pensaba que los chistes de inglés no podían ser peores.-

La profesora, aunque intentaba mantener la seriedad, no pudo evitar sonreír ante el buen humor de sus estudiantes.

- Bueno, ya que están tan animados, espero que pongan esa misma energía en la clase - comentó antes de comenzar la lección.

Con el ambiente relajado y amigable, la clase de inglés se convirtió en una experiencia agradable para todos, y Diana se sintió aún más integrada y cómoda gracias a la calidez y el apoyo de sus amigos.

un gran cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora