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El aula de seminario de tesis estaba en completo silencio, interrumpido solo por el suave zumbido del proyector y el ocasional crujir de sillas de los estudiantes. Isabella, con su cabello rubio perfectamente recogido en un moño y una mirada penetrante, se encontraba al frente de la clase. Su porte y su voz firme la hacían destacar, y los estudiantes la observaban con atención y cierto nerviosismo, pues parecía más estricta que antes

—Bien, comencemos. Hoy vamos a discutir la estructura y la metodología de sus tesis. ¿Quién quiere empezar compartiendo su propuesta? — preguntó Isabella, su mirada recorrió la sala.

Un silencio tenso se apoderó del aula. Los estudiantes intercambiaban miradas furtivas, esperando que alguien tomara la iniciativa. Chloe, sentada en la tercera fila, levantó tímidamente la mano. Su corazón latía rápido, con una mezcla de nervios y esperanza de ser reconocida.

Isabella, sin embargo, no parecía notar la mano de Chloe. En su lugar, fijó su atención en Javier, un estudiante sentado al fondo.

—Javier, ¿por qué no comienzas tú? — sugirió Isabella.

Chloe bajó la mano lentamente, tratando de ocultar su decepción. Javier se puso de pie, un poco torpe pero decidido, y comenzó a explicar su propuesta de tesis sobre los impactos de la pobreza en las comunidades rurales

Isabella escuchó atentamente, haciendo preguntas incisivas que desafiaban a Javier a profundizar en su investigación. Mientras tanto, Chloe sentía una mezcla de frustración y tristeza. Había trabajado duro en su propuesta y deseaba compartir sus ideas, pero la indiferencia de Isabella le resultaba molesta

—Interesante, Javier. Ahora, ¿alguien más quiere compartir? —Isabella lanzó la pregunta al grupo una vez más.

Chloe respiró hondo y volvió a levantar la mano, esta vez con más determinación. Sin embargo, antes de que pudiera decir una palabra, Isabella ya había dirigido su atención a Laura, una estudiante conocida por su elocuencia.

Mientras Laura hablaba sobre su investigación, Chloe sentía como si estuviera atrapada en una burbuja, aislada del resto de la clase. Cada vez que trataba de intervenir, parecía que Isabella deliberadamente la ignoraba, lo que incrementaba su sensación de invisibilidad y frustración.

Después de varias intervenciones de otros estudiantes, Isabella finalmente se dirigió al grupo con una mirada que invitaba a la reflexión.

—Es crucial que todos ustedes tengan claridad en la metodología y en el propósito de sus tesis. Ahora, vamos a hablar sobre cómo estructurar sus argumentos. ¿Algún voluntario para discutir cómo planean organizar sus capítulos?

Chloe decidió intentarlo una vez más, levantando la mano con firmeza. Esta vez, Isabella la miró brevemente, sus ojos oscuros mostraron un destello de reconocimiento, pero pasó rápidamente a otro estudiante, ignorando una vez más a Chloe.

El aula seguía inmersa en la discusión mientras Chloe luchaba por mantener la compostura. Sentía un nudo en el estómago y una presión creciente en el pecho. Se preguntaba por qué Isabella no la tomaba en cuenta. ¿Había hecho algo mal? La inseguridad se apoderaba de ella, haciendo que cada vez se sintiera más pequeña y menos valorada, era cierto que no se llevaban bien, pero al menos la dejaba participar

Por su parte, Isabella seguía con su clase, aparentemente ajena a los sentimientos de Chloe. Su enfoque era implacable, asegurándose de que cada estudiante comprendiera la importancia de una tesis bien estructurada. Pero en el fondo, había una razón detrás de su comportamiento. Isabella veía un potencial inmenso en Chloe y quería desafiarla, hacerla más fuerte y segura de sí misma, aunque su método parecía duro e insensible, pero también la hacía sentir insegura, no quería que hubiera alguien mejor a ella, así que, sacarla de esa escuela por presión, era otra de sus metas.

A P O C A L I P S I SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora