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Chloe

—Papá, no creo que llevar un vestido a la graduación sea buena idea, me sentiré más cómoda si voy con un traje

—Mi amor, hace años no te veo en un vestido, quiero ver a mi pequeña princesa con uno, por favor — rogó

—Está bien, está bien — cedí

Nos dirigimos al centro comercial del centro de la ciudad, tenía el vestido que había usado aquella vez con Isabella, pero no sentí que fuera tan adecuado para la graduación. Sentía una mezcla de nervios, combinados con ansiedad. Estaba a un solo paso de ser abogada, después, si las cosas salían bien, trabajaré con Mi Isabella.

No la veía desde hace una semana y un par de días, me comentó que la carga de trabajo era mucho mayor, ya que las graduaciones se encontraban a la vuelta de la esquina, así que decidí darle su espacio. Lucas y yo no seguimos frecuentando, pero no hablamos mas de ella. Cuando llegaba a mencionar a Isabella, el ponía su cara de desagrado, así que mejor cambiaba el tema

—¿En que tanto piensas? — cuestionó mi padre curioso, siempre era así, aunque tratara de fingir, me conocía a la perfección 

—En nada

—Puedes decirme cualquier cosa ¿lo sabes, no?

—Si papá, siempre me lo dices — seguimos caminando entre las tiendas, un par de minutos mas tarde, por fin hablé —. ¿Recuerdas que te hablé de una profesora — asintió —. Pues comenzamos a salir

Lo vi fruncir el ceño, supongo que confundido

—¿Salir en plan, salir?

—Salir como pareja

—Oh ¿y que tal vas?

—Supongo que bien, aunque tiene un poco más de una semana que no nos vemos, ha estado ocupada con lo de la graduación 

—Entiendo — guardo silencio unos segundos, mientras entramos a una tienda en donde vendían vestidos para eventos — ¿Te trata bien?

—Si, ha cambiado mucho, además, me explicó muchas cosas que no entendía en su momento

—Me alegra

Ambos guardamos silencio, comenzamos a ver los vestidos, hasta que vi la silueta de una mujer conocida

—¿Isabella?

Se volteo lentamente, poniéndose pálida de repente

—Hola

—hey, hola Rebecca — saludó su prometido, quien no sabía que mi nombre real era Chloe. Angelo tomaba de la cintura a Isabella, para despues tomar su mano y entrelazarla con la de ella —. No sabía que los alumnos dejaban su vestuario de graduación para ultima hora — bromeó

Isabella no hablaba, de hecho no tenía expresión alguna, ni si quiera me miraba

—Si, de hecho vengo con mi papá — volteé, recordando su presencia 

—Señor Santini, mucho gusto — extendió su mano y la estrecho con la de él

 —¿Qué tal le va con su hija? mi prometida me tiene recorriendo tiendas desde hace dos horas

Sentía un nudo en el estómago. Él le sostenía la mano con amor y seguridad. Sentí como si el suelo se desmoronara bajo mis pies. Mi corazón latía con una fuerza dolorosa, cada pulsación era un recordatorio de la distancia insalvable entre ella y yo. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero me obligué a no llorar. No allí, no frente a ellos.

Los recuerdos de momentos compartidos con Isabella inundaron mi mente, cada risa, cada conversación, cada mirada cargada de significado que habíamos compartido. Pero todo eso se desvanecía ahora ante la realidad que tenía frente a mis ojos. La mujer de la que estaba enamorada estaba comprometida, construyendo una vida con alguien más. Y no era algo nuevo para mi, siempre lo supe

A P O C A L I P S I SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora