-Ƈαρίтυℓσ 4- Familia Chen

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—Aquí nos despedimos —dijo Xiuying, ya dentro de la ciudad

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—Aquí nos despedimos —dijo Xiuying, ya dentro de la ciudad.

—Le agradezco nuevamente, maestra guerrera Kira.

«¿Por qué me llama así?», pensó Xiuying, sintiendo una gota de sudor correr por su frente.

—Si en algún momento necesita cualquier artículo, no dude en ir al Emporio del Sol, que pertenece a mi familia. Allí encontrará todo tipo de mercancías.

—Lo tendré en cuenta. Nos vemos —respondió Xiuying, dándose la vuelta y dirigiéndose hacia el Gremio de los Mercenarios.

Las dos chicas la observaron alejarse.

—Señorita, fue muy sabio de su parte invitar a una persona tan distinguida al Emporio del Sol. El señor estará encantado —comentó la sirvienta con una sonrisa.

—¿Verdad que sí? No podía dejar pasar esta oportunidad. Mi instinto me dice que la maestra guerrera Kira es alguien mucho más extraordinaria de lo que parece.

Mientras tanto, Xiuying llegó a la recepción del Gremio y se acercó al mostrador.

«¿Fracasó? Bueno, al menos regresó con vida, eso ya es algo», pensó la recepcionista, algo sorprendida.

—Ya completé la misión —dijo Xiuying, sacando la esfera de la que salió el cadáver del Lobo de Plata.

Todos los presentes se quedaron atónitos, incluida la recepcionista.

—...Ah... ¡Le traeré su recompensa de inmediato! —exclamó y salió corriendo.

«¡Recompensa, recompensa!», pensó Xiuying con alegría infantil.

—¿Estoy viendo una ilusión?

—No lo creo, yo también lo veo...

—Esa bestia lobo nos había estado causando tantos problemas...

—Y ahora está aquí, muerta.

—¿Quién será esa persona?

—No lo sé, pero no parece ser de aquí.

—Tal vez sea un guerrero extranjero.

La recepcionista regresó tan rápido como se había ido, jadeando.

—Aquí tiene su recompensa —dijo, aún agitada, mientras extendía una bolsa de cuero sobre una superficie de hierro.

Xiuying tomó la bolsa y la guardó en su esfera.

«Con esto, no creo que necesite un anillo de almacenamiento», pensó Xiuying con una sonrisa satisfecha.

«¿No parece más alta que cuando pidió la misión?» se preguntaba la recepcionista, intrigada.

Xiuying salió del Gremio bajo las miradas curiosas de todos.

«¿Qué debería hacer primero? No creo que este dinero alcance para arreglar el Pabellón de la familia Chen. Y sinceramente, no tengo intención de hacerles favores», pensaba, caminando por las calles, con los brazos cruzados.

-La Reencarnación de la Maestra Marcial-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora