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Camino por segunda vez y con el mismo trayecto en la habitación mientras muerdo una de mis uñas

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Camino por segunda vez y con el mismo trayecto en la habitación mientras muerdo una de mis uñas. Me sentía sofocada, demasiada sofocada, y eso no era bueno, nunca lo era. Jungkook no había entrado en la habitación desde aquella vez en que le pregunté sobre eso. ¡Ni siquiera se había dignado a venir y ver cómo estaba! Simplemente enviaba a alguien con las comidas correspondientes y con artículos que podría llegar a necesitar, pero fuera de eso, no había vuelto aquí. Y aquello solo me estaba haciendo enojar, porque de por sí, no puedo estar mucho tiempo de pie, y menos aún, bajar sola las escaleras que conectan con la primera planta.

—Demonios.— me siento con cuidado en la cama donde estoy durmiendo, hasta que unos pasos tras la puerta me hacen mirar hacia ahí. Me quedo inmóvil por unos segundos hasta que la puerta es abierta, pero un extraño sentimiento en mi pecho, me pide a gritos que me levante de ahí. Suspiró llevando la mano al lugar donde se encuentra mi corazón.

—Lisa— su voz ronca me saca de mi ensoñación, y mis ojos se dirigen hacia el umbral de la puerta al instante. Su cuerpo está rígido en ese lugar, sus manos sostienen algo, y sus orbes me escrutan, casi como si deseara saber algo. Lo miro expectante.

—Puedes pasar.— informo algo incómoda, pues sus ojos no dejan de escanearme. Él al instante ingresa en el cuarto por completo, y deja la pequeña bandeja sobre la mesa de noche que se encuentra al costado de la cama que parece ser matrimonial.

—¿Te sientes mejor?— cuestiona caminando hasta posicionarse frente a mi. Asiento levemente.— Vendré a verte por la noche y saldremos por los alrededores, ¿Está bien?— su voz parece ser calmada, aunque por alguna razón, tiembla con cada palabra.

—Jungkook— Aún mirando un punto fijo en la habitación tomo su mano cuando este da la media vuelta para empezar a salir del cuarto y dejarme sola nuevamente. Mi agarre es fuerte, pese a que se encuentra a unos centímetros lejos de mi.

—Ten buena noche, Lisa.— trata de sustraerse débilmente a mi toque, y así ocurre lo suelto. Porque mis dedos habían empezado a hormiguear y quemar al contacto con su piel.

—Mi teléfono.— cuando esas palabras abandonan mis labios, el azabache para su andar. — Cuando me encontraron, ¿Mi teléfono estaba ahí?— pese a que espero una respuesta de su parte, está no llega, o al menos así parece ser por varios minutos. Sin embargo, su posición es la misma, se encuentra inmóvil, cómo si algo lo atara al piso de la recámara.— Escucha, agradezco el hecho de que me hayas cuidado, pero debo de avisar a mi familia de mi estadía aquí. Debo de irme lo más -

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⏰ Última actualización: Jul 21 ⏰

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℘ camouflage ──  ❛liskook❜ [hombres lobo; au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora