℘ camouflage ── ❛liskook❜ [hombres lobo; au]

001

Bostezo por décima vez dentro del carro, y cierro los ojos levemente por el sueño que ha empezado a invadir mi sistema. No recordaba que el lugar estuviera tan lejos.

—Jinnie, ¿Estamos cerca?— inquiero mirando a mi acompañante en el asiento del conductor y este asiente.

—Lo más probable es que lleguemos en la noche.— informa dando una breve mirada en mi dirección, para luego volver la vista al camino.

—Al menos llegaremos hoy.— sonrío con positividad mientras me acomodo mejor en el asiento, en busca de una buena postura. Lamentablemente, parece no existir, o a eso me habían llevado las 8 horas en el automóvil.

—Es increíble que vayamos a iniciar el sexto ciclo.— menciona el castaño a mi costado.— hace un año nos conocimos y no me arrepiento de eso.— una sonrisa se dibuja en su rostro, y en el mío también, luego de recordar brevemente la manera en como nos conocimos.

—Lo sé, yo tampoco lo hago.— aprieto levemente su mano cuando él busca entrelazarla con la mía. Suspiro.— al menos si terminamos, estaremos en distintas facultades. — le recuerdo, y el semblante de él cambia, al menos por unos minutos.

—Tienes razón, al menos no nos veremos si rompemos.— un puchero se forma en mis labios al oírlo y lo miro mal. Mi novio me mira y ríe. — tu empezaste, linda.— deja un fugas beso en mi mejilla y ambos reímos. Sí, Jin era mi complemento, la persona que hacía falta en mi vida, y eso ambos lo sabíamos.

Vuelvo la vista a la ventana en busca de distracción dentro del carro, y la encuentro. Algo se mueve demasiado rápido entre los árboles que rodean la carretera, tanto que no lo logro reconocer o identificar.

—¿Viste eso?— cuestiono mirando aún por la ventana, pero la persona a mi costado niega.

—Lo siento, Lali, estoy conduciendo y no quiero que ocurra un accidente.— hala mi mano para dejar un casto beso en ella. Sonrío. Probablemente sea algún animal salvaje.

Mi postura vuelve a ser la de antes, y con el pasar de los minutos, mis ojos empiezan a pesar, hasta quedar en la completa oscuridad.

[...]

Me muevo incómoda en el asiento, tratando de recobrar el sueño, pero es imposible. Me siento intranquila, demasiado diría yo. Ante esto, abro los ojos y parpadeo varias veces, tratando de reconocer el lugar en el que nos encontramos, algo que de me dificulta, pues la noche ha llegado y la luna es lo único que ilumina el pesado bosque.

—¿Falta mucho? Me estoy sintiendo incómoda aquí.— informo al castaño, y este salta en su lugar, como si lo hubiera asustado. Frunzo el ceño.

—Nop, ya estamos a punto de llegar.—sonríe y asiento. Ya es de noche, la luna está en su máximo esplendor, y las copas de los árboles se mueven con algo de fuerza.

Mirando nuevamente la ventana, caigo en cuenta que algo esta corriendo por el bosque. Aves salen volando muy probablemente de sus nidos, muchas hojas caen, y sonidos parecidos a los golpes se oyen, casi como si algo chocara con los troncos.

—Jin— lo llamo, pero antes de poder continuar, un escalofrío recorre mi columna vertebral, casi dejándome sin aire. ¿Qué...

—¡Lisa!— el grito de mi acompañante se escucha, y lo volteo a ver, pero es tarde. Algo desconocido choca contra el carro, sonidos que no logro identificar invaden el bosque, y de un momento a otro todo se vuelve negro.

narrador omnisciente

Una figura caminaba entre los árboles, hasta salir completamente de la oscuridad que lo rodeaba y ser iluminado por la luna. Desde su lugar, la figura observó el camino de gasolina que se había creado gracias al reciente choque que había tenido lugar a unos metros de su hogar, a su vez, un sonido proveniente del carro indicaba que dentro de minutos o tal vez segundos, aquello explotaría. ¿El culpable? probablemente nadie lo sabía.

Un aroma a azúcar quemada mezclada con algo más invade el lugar, trastornando al recién llegado.

Sin pensarlo dos veces, se acerca al origen de este, y casi se siente morir al ver a esa persona en tal estado. Miles de vidrios estaban están esparcidos por el suelo, el olor a sangre era casi imposible de aguantar, y varios de los fierros parecían haber salido de su lugar. Al instante se inclina y busca sacarla de ahí, acto que logra, pues luego de unos segundos tiene a la chica en sus brazos.

El corazón del pelinegro comienza a latir con rapidez, y la sangre corre más rápido por sus venas, él lo puede sentir, ella era su persona, suya y de nadie más.

Los ojos de él se mueven por el rostro de la castaña, y hace a un lado su flequillo.

La chica tiene cortes en diferentes partes del rostro, y sangre sale de su labio inferior.

—No te pasará nada, no cuando te he encontrado.— pega el cuerpo de ella más a él y hunde el rostro en el cabello de su mitad, aspirando el aroma que tanto ama. Segundos después un aullido se escucha por todo el bosque. Aullido que aterra a la persona que se encuentra a pocos metros de ellos, esperando todo acabe rápido porque sabía lo que estaba pasando, y eso le aterraba.

El alpha había encontrado a su luna, y se aseguraría de no dejarla ir, después de todo, debían estar unidos hasta la muerte, ¿Verdad?. El destino era imposible de cambiar.

Nota de autora: ¡Okay, al fin he publicado el primer capítulo! y me siento demasiado feliz, porque llevo trabajando en esto desde el año antepasado, sobre todo en los capítulos, que espero y apoyen, ya sea con un voto o comentario. Ya saben que los tqm, y que habrá una actualización probablemente semanal. /guiño.

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