Katsuki llegó a su casa, las cosas con el peli verde se pusieron tensas mientras estaban juntos, Izuku evitaba a cualquier costo mirarlo, eso lo frustraba demasiado.
Había vuelto no porque había acabado con la misión, le habían ofrecido un buen contrato con una de las mejores agencias de Corea, una casa a su preferencia con tal de quedarse en aquel país.
Estaba considerando en verdad quedarse, pero cuando vio las noticias no le gustó nada lo que transmitían. Melissa, su vieja rival de amores, estaba con su ex.
Ella lo agarraba de su brazo y el sonrojo que tenía Izuku en sus mejillas le hizo enojarse bastante, volvió a sentir esos celos que hace tiempo los creyó muertos.
Estar en Corea era una gran oportunidad para dejar de ser la sombra de Izuku. Aún su ego le hacía tanto daño, sentía que siempre se quedaría en las sombras por el brillo del peli verde.
También las constantes misiones de él fueron apagando un poco la llamada, irse fue una excusa para alejarse, pero estando allá se dio cuenta de que no era lo correcto.
Todas las noches lo extrañaba como el diablo, varias veces quiso regresar a mitad de la noche y quedarse entre sus brazos, pero de nuevo su cabeza le decía que Izuku jamás lo perdonaría…
Eso lo llevó a estar un año completo allá, y ahora venía con todo para recuperar lo que siempre había sido suyo y brillar junto al héroe número uno…
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Izuku se ausentó por una semana para ir al médico y estar en revisión. No dijo lo que vio, pero algo de ello sí. El doctor mencionó que era mejor quedarse para revisar la evolución de ese daño que había sufrido.
El dolor de cabeza regresó y lo mantuvieron sedado…
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— Y Deku, ¿dónde está? — Katsuki fue a ver a Uraraka que era su mano derecha en la agencia después de que él se fue.
— Deku-kun se tomó una semana de descanso. — la castaña contestó con sinceridad. — Tiene que estar en constantes revisiones.
— ¿Cómo? — Katsuki se sentó y la miró con intriga.
Kirishima se acercó. — ¿En serio no supiste? — Katsuki negó. — Hace un mes atrás, Izuku fue afectado con un quirk desconocido, aún no tenemos rastro de la persona que lo tocó, pero sufrió Dolores de cabeza muy fuerte y lo mantuvieron sedado…
— Entonces no saben nada y posiblemente pueda volver a sufrir de ese dolor… Mierda. — se tocó la barbilla. — Quiero saber más detalles, si queremos atrapar a ese hijo de perra debemos de buscarlo hasta debajo de las piedras, fue atacado el nuevo símbolo de la paz y están como si nada…
La castaña miró a Kirishima, ellos habían hecho lo imposible todo el tiempo que Izuku lo permitió. — Bro, si no hemos buscado fue porque el mismo Midoriya dijo que dejáramos el asunto, él se haría cargo de todo, no nos dejó más opciones.
— Y ustedes de estúpidos lo hicieron, él necesita apoyo, por eso la maldita agencia ha caído, que no les quedaba claro qué hacer, no vieron lo que yo hacía… — Soltó con rabia.
Uraraka no se contuvo y lo atacó. — Fue porque te fuiste que Deku-kun decayó, apenas si pisaba la agencia, Melissa ha sido un gran apoyo desde que te fuiste llevando las riendas de lo que Izuku construyó contigo y ahora vienés a querer recuperarlo como si nada, pues de una vez te digo que no la tendrás fácil, debes de esforzarte más de lo que crees…
— ¿Tú crees que no lo haré? Y sabes, empezaré con la agencia, no necesito el permiso de Izuku para volver a tomar el poder, mi nombre está en cada papel para tomar las decisiones que más le convengan y con eso estaré más cerca de él y no le quedará de otra más que volverse a enamorar de mí…
Kirishima rio fuerte, conocía muy bien a su amigo y lo apoyaría en todo lo que pudiera. — Suerte, porque lo que no te había dicho es que Melissa no solo está aquí, sino que también vive en la casa de Midoriya.
El rostro de Katsuki se desfiguró. — Iré a marcar mi territorio, entonces, acabo de terminar mi turno, iré a ver al dueño de esta porquería…
Salió de la agencia hecha una furia. Nadie se había atrevido a llegar tan lejos. Katsuki había dejado en claro que Izuku era suyo y aquel que intentará quitárselo sufriría una muerte lenta.
Subió a su moto y condujo lo más rápido que pudo a su antigua casa. Sabía muy bien que Izuku no se había deshecho de ella y la aparcó en la entrada.
Se bajó muy molesto, puso los dígitos de la cerradura electrónica. — Ni esto cambiaste… — Se abrió la puerta…
La maldita de Melissa bajaba de los cuartos… — Eres tú…
— Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta, pero ¿qué crees, querida? Estoy muy devuelta… — Soltó con odio. — Vengo a recuperar lo que es mío y es mejor que busques otro lugar donde quedarte… ¿Dónde está Deku?
— Hay querido vienés a buscar en el lado equivocado, Izu no está aquí… —Lo miro desafiante. — Ya lo veremos, no dejaré que mi progreso con él vengas a quitármelo y si tengo que meterme en su cama para apresurar las cosas, lo haré, al fin al cabo soy yo quien duerme bajo el mismo techo…
— Pero no en la misma cama… — dijo y salió de ahí, quería golpear algo más específico la cara arrogante de Melissa. — El hospital…
Katsuki subió a su moto y se fue al hospital donde siempre eran atendidos. En cuanto cruzó las puertas, todas las enfermeras lo voltearon a ver.
Pidió ver a su doctor… — Señor Bakugo, es un placer verlo de nuevo. ¿En qué puedo ayudarle?
— ¿Dónde está Deku? — El doctor pidió los documentos de Izuku para revisar si Katsuki aún podía saber de su padecimiento.
— Esto es rutina, tengo que ver que Izuku no haya cambiado los derechos que tenía usted… — El cenizo esperó y pasaron al consultorio del doctor… en cuanto trajeron los expedientes su nombre seguía apareciendo… — Sígame…
Llegaron a una de las partes aisladas del hospital… — Zu… — fue lo único que pronunció en cuanto lo vio.
— Los dolores de cabeza regresaron, tengo que mantenerlo en observación… — El doctor le explicó todo, hasta ese día que llegó. Al verlo algo había pasado, que despertó el quirk que lo afectó. — No me dijo muchos detalles, solo mencionó que podía ver algo muy de su interior, quizás usted debería de ayudarnos a ver qué es lo que ve para poder solucionar.
Katsuki lo miró confundido, se acercó y tomó la mano de Izuku. — ¿Puedo quedarme a su lado hasta que despierte?
El doctor asintió. — Sigue siendo su vigía, puede usted tomar las decisiones si él no está en óptimas condiciones para hacerlo…
Se retiró y los dejó solos… — Esto me prueba que jamás me has olvidado como yo jamás lo hice… Volveremos a estar juntos.
Continuará...