¡Yo quiero que seas feliz! Gumball Watterson x fem!reader

9- La Pijamada

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❥Más tarde, esa noche...

Gumball estaba preparando su mochila para la pijamada con ______. Después de todo, sería la primera vez que visitaba su casa. "¡Tengo que causarle una buena impresión!", repetía en su mente una y otra vez mientras revisaba cada detalle.

-Ok, esto tiene que ser perfecto. Solo seremos ella y yo...

Se detuvo, sintiendo que su estómago se encogía con solo pensarlo. ¿Realmente iban a estar solos? Ella no mencionó que invitaría a nadie más. Eso significaba que pasarían toda la noche juntos, solo ellos dos.

-¿Solos... ella y yo?

POV Gumball:

Mi mente se llenó de dudas y preguntas sin respuesta. ¿Qué debería llevar? ¿Le gustarán los videojuegos tanto como a mí? ¿En dónde dormiré? ¿Dormiremos juntos? No puedo asegurar nada por ahora.

Sentía una mezcla de emoción y nerviosismo que se acumulaba en mi pecho. Mi corazón latía con fuerza, acelerado de una forma que solo ella lograba provocar. ¿Por qué siempre me pasa esto cuando pienso en ella? ¿Será que...?

De repente, mi teléfono comenzó a vibrar, sacándome de mis pensamientos. Lo tomé con manos temblorosas y contesté rápidamente.

-¿Hola?

-¡Hey, Gumball! ¿Ya vienes en camino? -La voz de ______ sonaba alegre y dulce al otro lado de la línea. "Esa dulce voz..." Pensé, sintiendo que una sonrisa se dibujaba automáticamente en mi rostro.

-Sí... llego en unos cinco minutos. -Intenté sonar despreocupado, pero no podía evitar que un leve temblor se colara en mis palabras. Después de todo, vivíamos en la misma calle. No tardaría mucho en llegar.

-¡Genial! -respondió ella con entusiasmo-. También vendrán Darwin y Carrie. ¿Darwin ya te lo dijo?

Me quedé en silencio un segundo, procesando la información. Ni siquiera había considerado la posibilidad de que habría más gente. -No, no lo sabía... -admití, con un tono de sorpresa-. ¿Estás segura? Lo más probable es que esos dos estén abrazados durante toda la pijamada. -Agregué en un tono burlón, tratando de mantener la conversación ligera.

Ella soltó una carcajada. -¡Ja! Ni que lo digas. Prácticamente seremos solo tú, yo y dos locos enamorados.

-Sí... solo dos enamorados... -repetí en un murmullo, sintiendo un extraño nudo en el estómago. Un incómodo silencio se extendió entre nosotros, y pude escuchar su respiración al otro lado de la línea. Solté un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y decidí romper el hielo.

-Te veo allá, ¿ok? -dije con una sonrisa-. Más te vale no dejarme gritando tu nombre afuera de tu casa mientras tú escuchas música a todo volumen con tus audífonos.

-No te prometo nada~. Nos vemos. -Su voz tenía un matiz juguetón que me hizo sonreír de nuevo.

La llamada terminó, dejándome en un profundo silencio. Miré el teléfono por un momento, como si pudiera responderme las preguntas que rondaban mi cabeza.