Capitulo 4

67 9 2
                                    

Nerea

Por primera vez luego de cinco años me sentí en casa

-—Lo siento mucho Jake —Dije cuando me separé no podía dejar de llorar —

-Ahora estamos bien, Nerea. No pasa nada

-D-debemos irnos... —Susurre y él asintió —

Jake ayudo a Neytiri a levantarse entre los dos tomaron a mi hijo en brazos. Mi Nate no entendía bien porque lloraban pero se mantuvo junto a sus abuelos, cuando Neytiri dejo de llorar comenzaron a hacer las preguntas obvias

¿Que edad tienes? ¿Cuando naciste? ¿Tienes hermanos? ¿Quién te enseño español?

Luego Nate los entretuvo con historias divertidas sobre nosotros o de cuando el aprendió a cazar, con cada palabra que decía Jake y Neytiri parecían al borde del llanto. Pronto llegamos a mi refugio

-Mira... Mira —Nate entraba a nuestra pequeña choza y volvía a salir con nuevas cosas para mostrar a sus abuelos que estaban fascinados. Comencé a preparar la cena —

Me sentía un poco extraña, nadie hablaba de lo que pasó estos cinco años pero era obvio que Nate llamaría más su atención, la cena fue agradable pero a medida que anochecía Nate comenzaba a tambalear la cabeza amenazando con quedarse dormido

-Ven pequeño, es hora de dormir —Tome a Nate en mis brazos, él no objeto y lo lleve a nuestra amaca dentro de la choza —Te veo mi guerrerito

-Te quiero mamá —Susurro mientras bostezaba, le acaricie el cabello hasta que su respiración fue muy lenta y supe que estaba dormido —

-Ay ma'Neteyam ayudame... —Suplique al cielo, me levanté despacio y salí a enfrentar mi pasado —

-Creo que es hora de hablar seriamente. —Dijo Jake, me senté frente a ellos —

-Lo sé y responderé todas sus preguntas, pero primero quiero que me escuchen. Escuchen mi historia y luego juzguenme —Pedi y ellos asintieron —Okey... Todo empezó hace cinco años, en el... El... El funeral de Neteyam

Sus rostros reflejaron pura tristeza

5 años atrás

Me aleje nadando, no soporte verlo así no podía pensar en que mi Neteyam había muerto y que jamás lo volvería a ver

Perdí noción del tiempo, noción de la vida y todo lo que alguna vez fui parecía un rompecabezas sin solución.

Mi cuerpo no sentía nada, mis pulmones no necesitaban aire y mis ojos no podían dejar de derramar lágrimas que se mezclaban con el agua

En mi mente como una película se reproducia nuestra historia, mirada tras mirada, cada beso, cada caricia... Todo absolutamente todo dolía, cada recuerdo feliz ardía en mi pecho y no podía pensar en nada más. Estaba en una imparable ruleta de la muerte, girando y girando, sin forma de parar, sin salida

Hasta que un rayo me saco de ella. Recuerdo que una luz blanca me hizo abrir los ojos y me sacudió en el agua. Justo ahí recupere conciencia de mi existencia, al sentir que me ahogaba salí como pude a la superficie. No sabía dónde estaba, todo lo que había era mar y más mar, por si fuera poco el cielo oscuro y los rayos que comenzaban a caer amenazaron con una tormenta. Estaba perdida y sin salida. Me aferre a una roca intentando saber dónde estaba, intentando no ahogarme pero nada...

El mar poco a poco se hizo más intenso y una ola hizo que me soltara de la roca, quede atrapada ahí, el mar me zarandeo de un lado a otro y casi no podía tomar aire... En medio de todo el caos perdí la conciencia, tal vez por la falta de oxígeno. El hecho es que cuando volví a abrir los ojos estaba bajo un cielo azul en una playa. Me sentía exhausta y volví a quedarme dormida, desperte tiempo después sin saber dónde estaba o cuanto había pasado

Golden Eyes | Neteyam Sully y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora