ocho

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JENNIE

El sol apenas comenzaba a asomarse entre los árboles cuando me desperté. El aire fresco de la mañana llenaba la tienda, y me acurruqué más en la cálida presencia a mi lado. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba abrazando a alguien. Abrí los ojos lentamente y me encontré cara a cara con Lisa.

Mi primer instinto fue apartarme, pero la mirada tranquila de Lisa me detuvo.

—Buenos días, dormilona —dijo Lisa, su voz ronca por el sueño.

—¡Oh, Dios mío! —murmuré, retirando mi brazo rápidamente—. Lo siento, no quise...

Lisa soltó una carcajada suave, que resonó en la tienda.

—Relájate, Jennie. No te preocupes. Parecía que estabas teniendo una pesadilla, así que te dejé acercarte.

Sentí mis mejillas arder.

—Gracias, Lisa. Eres... realmente amable.

Lisa sonrió y se estiró, saliendo de su saco de dormir.

—Bueno, espero que estés lista para un día lleno de bromas sobre esto —dijo con un brillo travieso en los ojos.

Rodé los ojos, aunque no pude evitar sonreír.

—¿Ya empiezas?

—Oh, sí. Esto va a ser divertido.

Nos preparamos rápidamente y salimos de la tienda. Jisoo, Rosé, Jungkook y Jimin ya estaban despiertos, preparando el desayuno.

—¡Miren quién se ha levantado! —exclamó Jisoo, alzando una ceja—. ¿Tuvieron una buena noche, chicas?

Lisa se adelantó, sonriendo de oreja a oreja.

—Jennie aquí tuvo un poco de frío, así que se acurrucó a mi lado para calentarse.

Jisoo soltó una risita, mientras Rosé fingía sorpresa.

—¿De verdad? ¡Qué adorable!

Jungkook y Jimin también se unieron a las bromas.

—Vaya, Jennie, no sabía que te gustaban los abrazos matutinos —dijo Jungkook, guiñándome un ojo.

—¿Qué sigue? ¿Besos de buenas noches? —añadió Jimin, riendo.

Sacudí la cabeza, pero no pude evitar reírme.

—¡Basta, ustedes cinco!

Después del desayuno, la señora Kim nos reunió y nos dio la agenda del día. La actividad principal era pasar el tiempo en un río cercano, donde podríamos nadar y relajarnos. Todos estaban emocionados por la perspectiva de un día tranquilo y divertido.

El camino hacia el río fue corto y agradable. Una vez allí, todos nos dispersamos, algunos corriendo directamente al agua, otros buscando piedras para saltar, y algunos simplemente disfrutando del sol. Lisa y yo encontramos un lugar apartado en la orilla, donde podíamos sumergir nuestros pies en el agua.

—Este lugar es hermoso —dije, mirando el reflejo del sol en el agua.

—Sí, lo es —respondió Lisa, mirándome en lugar del paisaje—. ¿Te gusta nadar?

Asentí, sonriendo.

—Sí, aunque no soy muy buena. ¿Y tú?

—Amo nadar. Vamos, te enseñaré algunos trucos.

Nos metimos en el agua y, durante la siguiente hora, Lisa me mostró cómo flotar y nadar con más confianza. Sus manos fuertes me sostuvieron cuando me tambaleaba, y sus instrucciones claras me hicieron sentir más segura.

Después de un rato, nos sentamos en una roca grande, dejando que el sol nos secara.

—¿Te sientes mejor ahora? —preguntó Lisa, estirando las piernas.

—Sí, gracias. Eres una gran maestra.

Lisa sonrió y, de repente, me salpicó con agua.

—¡Oye! —exclamé, riendo.

—¡Tienes que estar siempre alerta! —dijo Lisa, levantándose y corriendo hacia el agua.

La perseguí, riendo, y pronto estábamos en una pequeña guerra de agua. Las risas llenaban el aire, y por un momento, todas las tensiones y rivalidades se desvanecieron.

Después de un rato, nos sentamos en la orilla nuevamente, esta vez en un silencio cómodo.

—¿Sabes? —dije, rompiendo el silencio—. A pesar de todo lo que ha pasado, me alegra que estemos aquí juntas.

Lisa me miró, su expresión suavizándose.

—A mí también, Jennie. Nunca pensé que diría esto, pero estoy feliz de estar aquí contigo.

Nos miramos por un largo momento, y sentí que algo nuevo y profundo se formaba entre nosotras. Lisa rompió el silencio con una sonrisa traviesa.

—Pero aún no olvido que te acurrucaste a mi lado esta mañana.

Rodé los ojos, riendo.

—¡Basta con eso!

—Nunca —dijo Lisa, riendo también—. Es un recuerdo precioso.

De repente, Lisa se inclinó un poco más cerca, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Sus ojos se fijaron en los míos, y por un momento, todo lo demás desapareció. Sentí que nuestros rostros se acercaban lentamente, y la anticipación creció en mi pecho.

Pero justo cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse, escuchamos voces y risas acercándose.

—¡Hey, chicas! —gritó Jisoo, apareciendo de repente junto a nosotras con Rosé, Jungkook y Jimin a su lado—. ¿Qué están haciendo aquí solas?

Nos apartamos rápidamente, ambas sonrojadas.

—Nada, solo... disfrutando del paisaje —respondió Lisa, tratando de sonar casual.

Rosé nos miró con una sonrisa cómplice.

—Parece que interrumpimos algo. ¿Nos perdimos de algo interesante?

Negué con la cabeza, aún sintiendo mi corazón latir con fuerza.

—No, solo estábamos hablando.

Jungkook, Jimin, Jisoo y Rosé se sentaron con nosotras, y pronto comenzamos a reír y bromear como de costumbre. A pesar de la interrupción, sentí que algo había cambiado entre Lisa y yo. Había una nueva cercanía, una conexión más profunda que seguía creciendo.

Mientras el sol se ponía y regresábamos al campamento, no podía evitar pensar en que casi me besaba con Lisa, simplemente...¿Cuando había dejado de sentir odio hacía ella? ¿O nunca lo tuve?

que les pareció el capítulo? no se olviden de votar y comentar que me gusta mucho leer sus comentarios, ya quiero que se den un beso las jenlisa iiiiih, nos vemos mañanaaaa

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enemies to lovers | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora