Después de elegir reencarnar, nuestro protagonista reencarna en el primer jefe del último juego que jugó en su vida pasada. ¿Que hará nuestro protagonista en esta situación? ¿Romperá sus banderas de muerte? ¿Que poderes nuevos tendrá en su nueva vid...
Diablos, casi un año desde que actualice esto... Madre mía.
En fin, disfruten los que aún esperan las actualización de esta historia. --------------------------------------------------------- Lay: ¿Por qué...? ¿Por qué hay aquí un...?
*ROOAAAAAR*
El cuerpo de Lay se estremeció cuando la imponente bestia frente a él rugió de tal forma que parecía helar la sangre de quien lo escuchara.
En el caso del peliblanco, este era solo un grito que dictaba su sentencia... Su propia muerte.
Mirando la figura paralizada del humano frente a él, la gran bestia de escamas plateadas brillantes se alzó.
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Lay: (¡Esa cosa no es algo que un humano pueda derrotar!)
Obviamente, como gran conocedor del juego, Lay conocía muy bien al monstruo frente a él, después de todo... ¿Como no reconocer a una de las criaturas que son capaces de traer un apocalipsis a pequeña escala para la humanidad.
[Kushala Daora]
Ese nombre aparecía una y otra y otra vez en la mente de Lay, aumentando su desesperación.
El Kushala Daora, también conocido como "El dragón de acero que trae la tempestad", era una bestia perteneciente a la clase Dragón Antiguo, una de las Bestias más peligrosas que cualquier aventurero desearía no encontrarse.
Sin embargo, una pregunta se formó en su mente: ¿Por qué aquí?
Este era el Bosque Primigenio, y para sumar estamos solo a la mitad del bosque, ¡No en las profundidades!
Encontrarse un Kushala Daora en un lugar como este era más difícil que disparar un arco con los ojos cerrados.
Y para empeorar las cosas, él, un niño de 12 años que no controla todo su poder... Se encontraba frente a esta bestia.
¡Maldita sea! ¡Es más fácil para un bebé sobrevivir frente a un león hambriento que él enfrentarse a un Kushala Daora y siquiera pensar en salir vivo.
Una cosa es seguro, si por algun milagro logra escapar vivo... Tendrá que despedirse de una o dos extremidades.
Lay: (No... Debo intentar escapar... Solo eso...)
Los puños de Lay se apretaron tan fuerte que sangre comenzó a caer, y el dolor permitió a su cuerpo regresar bajo su dominio.
Lay: (¡Ahora!)
Rayos blanco bailaron alrededor de su cuerpo y cuando estaba a punto de comenzar a correr en dirección contraria...