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El sol de la mañana se colaba suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación de Jungkook con un cálido resplandor. Me desperté lentamente, sintiendo el peso del sueño todavía en mis ojos. Tratando de estirarme para evitar que mi sueño me venciera. A mi lado, Jungkook seguía dormido, su respiración tranquila y rítmica. Me quedé un momento observándolo, admirando cómo la luz jugaba con su cabello desordenado y cómo sus rasgos se relajaban en aquel sueño.
"Es tan perfecto," pensé, una mezcla de ternura y amor sentía al observarlo tan indefenso, pero mezclado con el dolor llenando mi corazón. Sabía que debía levantarme, pero había algo tan reconfortante en estos momentos tranquilos que quería prolongarlos lo más posible. Admirarlo sin que él supiera que me moría por ser quien despertara todos los días con él.
Finalmente, decidí moverme con mucho cuidado para no despertarlo. Me levanté de la cama despacio y me dirigí a la cocina a preparar algo de té para relajar la mañana. Mientras el agua hervía, escuché el sonido de Jungkook abriendo la puerta de su habitación. Sonreí inconscientemente. Pronto, apareció en la puerta de la cocina, aún somnoliento, tallándose aquellos ojos llenos de brillo, y con una sonrisa que iluminaba toda la habitación.
— Buenos días, Hyejin — dijo, con su voz ronca por el sueño.
— Buenos días, Kook — respondí, tratando de ocultar el rubor en mis mejillas. — ¿Dormiste bien?
— Como un bebé — respondió, estirándose. — Voy a ducharme rápidamente. ¿Quieres algo del café después? — preguntó sonriendo.
— Sí, eso suena bien — asentí, observándolo desaparecer hacía el baño. Me dirigí de nuevo a la sala y me senté en el sofá, encendiendo la televisión y tratando de no pensar demasiado en la imagen de Jungkook en la ducha. Negué con la cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos que sabía no estaban bien. Sin embargo, mis pensamientos volvieron una y otra vez a él, a cómo se veía, a cómo me hacía sentir. Y como lograba que mi corazón se aceleraba con una sola palabra o movimiento.
Cuando Jungkook salió del baño, mi corazón dio un vuelco. Justamente estaba Jungkook sin camisa, con el torso aún húmedo y brillante. Era una visión que me dejaba sin aliento. Como sus músculos se contraían al secar rápidamente su cabello con la toalla que yacía en sus manos.
— Sí, solo... — tosí levemente — estaba pensando en lo que vamos a hacer hoy — respondí rápidamente, desviando la mirada para ocultar mi rubor.
— Bueno, podemos ir a dar una vuelta por el parque después del café. Hace buen tiempo — dijo mientras se ponía una camiseta.
— Me parece perfecto — dije aún tratando de calmar mi corazón acelerado.
Pasamos la mañana paseando por el parque, riendo y disfrutando de la compañía mutua. La conversación fluía fácilmente entre nosotros, hablando de nuestras semanas anteriores, planes y recuerdos compartidos desde primaria. Jungkook tenía una manera de hacerme sentir segura y feliz, como si todo en el mundo estuviera bien cuando estaba a su lado. Y todos los problemas desaparecieran.
