Sigue imaginando que...
No eran ni las cuatro de la tarde cuando llegué, pero la casa estaba vacía a excepción de la única persona que no quería ver.-Hola. -Saludé al entrar a la cocina.
-Hola, -saludó extrañado- ¿ahora sí me hablas?
-Pensaba hacerlo, pero si te vas a poner así... -Abrí el refrigerador.
-Era broma.
-Ya lo sé. -Reí con una sonrisa hacia abajo.
Nos mantuvimos en silencio hasta que conseguí los ingredientes que necesitaba para preparar algo simple.
-¿Qué preparas?
-No tengo idea, me gusta improvisar. -Comencé a picar algunos vegetales que esperaba fueran útiles.
-Al cuchillo le falta filo. -Anunció mientras se acercaba a a supervisar.
-¿Te enseñaron a cocinar en Francia, Black?
-Dime Regulus, es demasiado extraño escucharte decirme Black. Y sí, una... amiga me enseñó bastante.
-Bien. Me alegro de que te divirtieras. -Terminé de preparar mis ingredientes con una extraña molestia dentro de mí, como un nudo en la garganta.
Los aventé todos a un sartén y luego los cociné con unos camarones que había guardado hace unos días. Serví todo sin mucho cuidado en un plato y comencé a comer ahí mismo.
-¿Has visto a Remus o Sirius? -Pregunté.
-Salieron hace una media hora, creo que iban a la tienda, yo acababa de llegar cuando se fueron.
-Menos mal, el refrigerador está más vacío que yo.
Regulus rió en respuesta. Se mantuvo del otro lado de la isla que había en el centro de la cocina, observándome mientras comía. El ambiente se sentía tan tranquilo que me daba escalofríos, Regulus me observaba con tanta calma que me ponía incómoda.
-¿Necesitas algo?
-¿Cómo te fue en México? -No titubeó.
-Bastante bien. Me reencontré con muchos amigos de cuando era chica y a decir verdad, es bastante interesante la vida como Auror en Latinoamérica.
-¿Fue cómo lo esperabas? -Pasó de mirarme descuidadamente a observarme con detenimiento, aún cuando solté mi tenedor y le devolví la mirada.
Ya no vestía su ropa elegante de la noche anterior, ahora traía unos pantalones grises holgados, una playera blanca y una chaqueta de mezclilla negra encima. Podía ver un ligero rastro de vello facial, pero claramente se había rasurado hace poco. Traía una cadena plateada debajo de su playera, además de un set de anillos del mismo color en diferentes diseños, los anillos siempre habían sido lo suyo, pero su perforación en la oreja ya no estaba.
-Pues...No lo sé. -Bajé la mirada cuestionándome a qué quería llegar con esa pregunta. -¿Qué tal Francia?
-Bien, supongo.
-¿"Bien"? -Me llevé mis trastes sucios al fregadero justo detrás de mí y comencé a lavarlos. -Supuse que tendrías algo interesante que compartir.
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«¡No habra boda!» (Regulus Black)
Fiksi PenggemarCuando el chico de perfectos rizos negros regresa de Francia para celebrar la boda de su sobrino Draco y el chico Potter, nuestra protagonista deberá evitar volver a caer en su encanto como sucedió 20 años atrás, en sus años de Hogwarts. Pero eso es...