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Habían pasado ya dos semanas del celo del Omega y aunque aún no habían signos de embarazo, este tenía la esperanza de que sucediera. Se encontraba sentado en la tapa del baño, viendo en la pantalla de su teléfono el temporizador que indicaba que en unos minutos podía ver los resultados de la prueba de embarazo. Estaba solo en casa y estaba tan nervioso que hasta estaba mordiendo las uñas de sus lindas manos, aunque sí fue muy cuidadoso en no compartir sus sentimientos a través del lazo con su alfa.

El teléfono comenzó a sonar después de pasados cinco minutos, como lo indicaba la prueba. Dongmin se levantó de su asiento mientras guardaba su teléfono en algún bolso de su vestimenta y se acercó rápidamente hacia aquella prueba.

—Que sea positivo, que sea positivo. — decía bajito mientras cerraba sus ojitos con fuerza y tomaba entre sus manos el objeto de su nerviosismo. Cuando vió el resultado de esta, no pudo contener más sus emociones en el lazo, y su tristeza fue compartida.

Soltó aquella prueba y salió del baño de su recamara directo a su cama mientras las lágrimas comenzaban a nublar su vista. Tomó entre sus brazos su larga almohada de felpa en forma de gato y comenzó a sollozar cada vez más fuerte.

De pronto su teléfono comenzó a sonar con aquél peculiar sonido que había escogido su lindo esposo como tono personalizado para él. Tomó el teléfono entre sus manos, regularizó un poco su respiración y contesto la llamada.

—Dongmin, ¿estás bien?. —Se oyó del otro lado de la línea a su alfa con un tono preocupado. El omega sabía que la llamada había sido debido a que no controló los sentimientos que compartía a través del lazo y preocupó a su alfa cuando él estaba trabajando. Y de pronto el sentimiento de culpa se volvió mayor y dejó escapar algunos sollozos como respuesta a la pregunta de Bin. —Voy para la casa amor, llegaré lo más pronto que pueda. —dijo y colgó rápidamente.

El omega no paraba de llorar, mientras se hacía bolita en la cama. Después de unos minutos escucho la puerta de su hogar siendo abierta y cerrada al instante, y escuchó cómo subían rápidamente las escaleras para llegar a la segunda planta y entrar a la habitación.

El olor a pino y cuero, anunció la presencia de Bin, quien al haber cruzado miradas con el omega se acercó rápidamente a él, tomándolo en un abrazo, desprendió feromonas que pudieran calmar a su lindo esposito de cabellos color azabache.

—Cariño, ¿qué pasa?. —preguntó con amabilidad a su omega, intentando parecer lo más calmado posible aunque por dentro estuviera invadido de pánico desde el momento que había sentido por el lazo los sentimientos de Dongmin.

Poco a poco el olor que desprendía el alfa pelinegro, empezó a hacer efecto en el omega, haciendo que este dejara de sollozar permitiéndole hablar un poco. —Me hice una prueba de embarazo Bin. —suspiro pesadamente y cerró sus ojos apretándolos fuertemente para intentar retener las lágrimas que amenazaban en salir de nuevo. —Salió negativa, de nuevo. —termino y apretó más el agarre del abrazo.

Moonbin lo sabía, no había ningún síntoma de embarazo desde el celo del omega, no había un tercer olor en su esposo que hicieran creer a Bin que podía haber un pequeño cachorro en el vientre de este, creciendo dentro. Sin embargo, la confirmación de la noticia lo hizo sentir un poco triste.

—Está bien amor, no hay prisa y lo sabes. —decía el alfa aún cuando sentía en él y en su omega aquél gran nudo en su garganta que no los dejaba hablar con normalidad.

—No Bin, no está bien. Soy un pésimo omega. -admitió volviendo a llorar.

—Dongminnie. —separó por unos minutos al nombrado, haciendo que tuvieran contacto visual. —Hey, no eres un omega inservible. Eres maravilloso, eres el mejor omega que puede existir en el mundo. —abrazo de nuevo a su esposo y comenzó a pasar sus dedos en el cabello azabache. —Eres el amor de mi vida Dongmin, mi destinado, mi todo, no lo olvides nunca.

—Pero, —fue interrumpido.

—Pero nada Min, podemos seguir intentándolo no hay de que lamentarnos aún, amor.

—Gracias Binnie.

El alfa recostó al omega en la cama, cubriendo a los dos con el gran edredón blanco que estaba puesto. Lo apegó a su cuerpo y siguió mimando a su omega, desprendiendo feromonas que lo relajaran y pudieran dormir tranquilos esa noche.









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Hola, soy yo de nuevo, bueno espero que les este gustando la historia, estoy intentando dar todo de mí para que vaya bien y sea super cursi y listo todo, y así sea de su agrado, así que cuéntame ¿qué tal les va pareciendo?.
Gracias por leer, cuídense mucho e intentaré traerles capítulos bastante seguido.
-Majo

𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒚 -𝒃𝒊𝒏𝒘𝒐𝒐 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora