01

172 18 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




— ¡Yo quiero! —Sunoo abrió sus ojos y un brillo irradió en estos, como estaba sujetado al brazo de su novio con la mano la pellizco levemente llamando su atención, cuando tuvo los ojos marrones posados sobre el apuntó directamente al hombre que yacía a unos metros de ellos. 

El mayor se encontraba atendiendo un humilde carrito de algodón de azúcar y a si alrededor se concentraba una considerable multitud de gente, tanto niños como adultos.

— ¿Pero no acabas de comerte un helado es mucha azúcar, Sun?  —Le recordó un poco reprochante el menor. 

Sunoo hizo un puchero y alzó la vista. 

Ni-ki ya conocía ese mirada, empezando por esos abultados labios, sus cejas semi-arqueadas y los ojitos de cachorro que adoptaba definitivamente usaba la famosa táctica conociendo a la perfección que era su debilidad. Pero no podía culparlo o enojarse por eso, Sunoo de por sí era una maquina de ternura andante. Y eso que le molestaba 

— Por favor, Ni-ki~ 

El mencionado suspiró y asintió, al instante su cuerpo fue tambaleándose para atrás debido a que el mayor se había abalanzado contra el en un fuerte abrazo.

— iGracias, te quiero mucho! Mwah! —Los labios rosados del coreano impactaron contra sus pequeñas mejillas. 

Y Ni-ki sonrió un poco sonrojado. —de acuerdo, vamos por ese algodón de azúcar. 

Compraron el dulce y buscaron la banqueta para sentarse a disfrutar de este. 

Sunoo le había ofrecido arrancando un pedacito y jugueteando con este como si se tratara de un avión cerca de los labios del Japones, claro que Ni-ki no podía negarse. Primero porque sabía que Sunoo se sentiría un poco mal, con lo cariñoso que era, rechazarle seria un gesto significaba algo negativo para el, y segundo, porque ya le hacía faltar endulzar su sistema aunque sea un poquitín. Se sentía tan amargo consigo mismo desde hace bastante. 

No se quería mostrar en tal humor frente a su novio, pues hacerlo sentir culpable era el menor de sus objetivos. 

Pero, maldición, era desesperante.

— Amo el algodón de azúcar, es interesante como se deshace en tu boca al poco tiempo de meterlo en esta —Comentó Sunoo mirando al frente y el viento la golpeaba ligeramente, moviendo sus finos mechones, Ni-ki observando cada detalle del perfil del mayor. 

Vaya que Sunoo era sumamente hermoso, y verlo comerse esa nube de azúcar obstruía los sentidos de Ni-ki. 

"El algodón de azúcar se deshace con todo tocar la humedad de tu lengua" Este dato resonaba en su cabeza dejándole con duda, qué tal sería para Sunoo la experiencia de probar algo diferente al azúcar.

— Amor.. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— Gráficos por: hooneily_

Holii, otra bella adaptación 🌷

Gracias a kiuthlyz por el permiso 💗

 Candyfloss | Sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora