Capítulo 18: Almas de fuego y aire, nuevo socio - parte 1\2

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Narra Lara

Existen heridas que no se borran, que incluso jamás se cerraran y que por más que intentes aferrarte ... Ya has muerto... al niño interior no lo lastimaste, lo asesinaron y nunca revivirá. Pero al menos puedes sepultarlo cuando te enfrentes a lo sucedido... puedes ponerle flores cuando ya te perdones.

Pase años enterrando todos mis recuerdos y miedos, me plante firme ante la idea de ser la mejor mamá para mi hija, ella es la única que merece la mejor versión de mí, incluso si en el proceso mi alma ya está podrida y no tiene salvación.

Enamorarme no estaba en mis planes, ni menos que alguien se fijara en mí. ¿Quién se fijarían en alguien ya usada? ― Me preguntaba todo el tiempo, pues salir de un pozo de mierda para unirme a otro no era una opción mi algo que deseara en mi vida.

Pero todo lo cambio él ... El hombre que no se rindió, que miro mis debilidades y lejos hacerme daño, me hizo sentir que si puedo ser amada, que merezco una pizca de atención, pero mi atención la siente como si fuera el aire que respira; pues mi hija y yo somos sus prioridades.

Él es alguien maravilloso.

Narra Jhon

Respiro el aroma de la reina de mi existencia y solo deseo hacerla feliz, ella se separa de mí con cuidado para sujetar ambos lados de mi rostro, mi corazón se acelera tanto que no puedo creer los sentimientos que tengo y que realmente exista un ser tan hermoso como ella.

—¿Puedo ser el recipiente de tu corazón roto? —Rompo el silencio entre ambos, una sonrisa se forma en sus labios formando esos hoyuelos en sus mejillas, me pone tan cursi lo que siento por esta mujer que no puedo ocupar las palabras exactas para expresar esto.

―Shi. ―Susurra acercándose para tomar mis latidos en sus labios.

El beso es suave, delicado... dulce es tan ella. Que no puedo contener las ganas de ser posesivo no lo evito más.

Tomo su mejilla en una caricia acercándola a mí, para devolver el beso y demostrarle que tengo motivos de sobra para enfocarme en ella y en la familia que somos ahora.

Esta conexión es la que muchos llaman verdadero amor, pero ella es el aire en mis pulmones, la libertad que no conocía, erizando mi piel cuando sus manos me tocan; acelerando mis latidos. No puedo contener las ganas de escucharla suspirar mi nombre, de mirar y sentirla entregarse a mí.

Me inclino hacia adelante cayendo sobre el colchón ambos, mi mano baja a su cuello acariciando causando millones de sensaciones y escenarios en mi mente de como la haría mía si me lo permite una vez más, ya que con todas estas declaraciones que hemos tenido entenderé si no me permite estar entre sus piernas y poseerla como mía.

 
―Jho... Jhon ―jadea deteniéndome con suavidad me lamo los labios un segundo, junto mi frente con la suya tratando de calmarme.

―No te preocupes, yo entiendo. ―murmuró para ambos, ella suelta una risa ligera me despego de ella para mirar su reacción. Tiene una sonrisa amplia, una verdadera y original sonrisa que la acompaña una mirada de paz, levanta su mano para acariciar mi mejilla.

― ¿Quién dijo que quiero que pares? —Baja su mano por mi pecho hasta llegar a mis pantalones. —Creo que se nos hace costumbre después de abrirte mi corazón terminar en esto.

—¿Te gustaría que fuera diferente? —Acaricio su cuello para pasar a sus labios.

—para nada. ―Enreda sus piernas a mi cintura para pegarme a ella y pueda sentir mi dureza. ―quiero estar contigo ahora. ―susurra a mí para besarme y al fin poder sentir que es mía una vez más.

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