El Lamento Que Nadie Escucha

848 82 51
                                    

.

.

.

.

-Aiz-san... ¿Tú me conoces?

Esa fue la pregunta que había repetido tantas veces hasta ahora.

Les pregunte lo mismo a todos en la Familia Hestia, a las chicas de la Anfitriona de la Fertilidad, a los demás de la Calle Dédalo, a los Dioses, todos me vieron con duda y me rechazaron. En algún momento la desolación se volvió resignación y tanto mi garganta como mis manos parecieron congelarse.

Sacudiéndome esas dudas, esa resignación, grité, anteponiendo todo en una pregunta que cargaba toda mi esperanza, hacia ella quien estaba mirándome incluso ahora, expuse mis irremplazables sentimientos.

-¿Recuerdas todo lo que pasamos hasta ahora?

Un breve silencio se hizo presente, los segundos que pasaron sin respuesta eran el peor de los tormentos.

-No entiendo lo que estás diciendo, hazte a un lado, nos dijeron que no nos metamos con ustedes.

-Vamos, Aiz, no te involucres con alguien de la familia Freya.

Ya esperaba un rechazo por parte de Tione-san y Tiona-san, pero siguió doliéndome la forma en la que me miraban.

Las hermanas amazonas bloqueaban el paso entre nosotros, ellas pasaban de largo, evitando cualquier otro intercambio de palabras.

Con mis piernas temblando y mi corazón saltando hasta el punto de ser doloroso, baje la cabeza.

-(¿Era inútil?, ¿Realmente el anhelo que tanto he perseguido es una farsa?)

Junto con la decepción, la llama sagrada que estaba en mi espalda se extinguía poco a poco.

Y en ese momento....

Al pasar por mi lado, aún estando por detrás de Tione-san y Tiona-san, hablo casi como en un susurro.

-No te conozco.

Esas palabras cargadas con una indiferencia tan fría como el hielo, lo dijo tan bajo que apenas pude escucharlo.

Eso era lo que más temía, una pesadilla hecha realidad, ella ni siquiera había volteado a verme, apartaba su mirada de la mía, era como si incluso decirlo le hubiera costado un gran esfuerzo.


-(Entonces todo siempre fue una mentira, ¿Tanto repudio sintió que no pudo sostenerme la mirada?)

Yo solo me había quedado parado en el mismo lugar, mi mirada estaba perdida repitiendo un sin fin de veces las palabras de rechazo de cada persona que estimo.


-¿¡Que estás diciendo!?, ¡T... Te lo ruego, perdóname!

La voz aterrada de Mord-san.

-Es imposible que sea tu asesora.

La negativa que recibí de Eina-san cuando la vi.

-¿Qué asuntos tienes con nosotros candidato a líder de la facción más poderosa de la ciudad?


Miach-sama, su mirada junto a la de Naaza-san, ellos se presentaban como si nunca nos hubiéramos visto, Daphne-san estaba alerta a mis movimientos y Cassandra-san no parecía querer hablar.

-¿Un niño de Freya?, Me pareces familiar, pero ¿Acaso nos hemos visto antes?

La voz de Takemikazuchi-sama me hizo temblar en el lugar, no era recordado ni siquiera por los propios Dioses, entidades superiores.

Danmachi: La Llama Extinta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora