𝑜𝑏𝑠𝑒𝑠𝑖𝑜́𝑛 𝑜 𝑎𝑚𝑜𝑟... [𝑩𝒓𝒂𝒉𝒎𝒔 𝒙 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂]

capítulo II

Habían pasados los días, por fin habías encontrado una pista después de tantos días sin ninguna respuesta alguna. Estabas en tu escritorio, nuevamente buscando información hasta que en una página encuentras que hubo un incendio en el bosque cerca de la residencia de los Heelshire donde su hijo estaba involucrado ya que no habían podido rescatarlo y tenía exactamente la misma edad que tu jefe te habia dicho por lo que haz empezado a unir algunos puntos de la supuesta familia "normal".

Pero había un problema y es que no podías asegurarte y eso era cierto o no, también habías hecho teorías de que el hijo de lo Heelshire es el segundo y el mayor falleció en ese accidente pero sentias de que había algo más que solo esa siempre Información así que decides hablar sobre tu jefe sobre lo que haz encontrado, te levantas del asiento del escritorio y vas al teléfono para llamar.

—¿Hola, _______? ¿Haz encontrado algo?

—Si pero no estoy segura...

—Dimelo y te diré lo que pienso.

—Esta bien, el hijo de los Heelshire en realidad esta muerto ya que hace unos años atrás, el bosque que estaba cerca de la residencia se había incendiado, el niño estaba ahí y no pudieron encontrar el cuerpo.

—Si, es verdad pero por lo que se ese es otro hijo que tuvieron los Heelshire.

—Pero ¿y si ellos no superaron la muerte de su hijo en realidad?

—La información que haz encontrado es bueno pero aún no estamos seguros si es cierta o no y no hay que precipitarnos a las teorías así que dejemos esa conversación hasta aquí y lo hablamos en una cafetería.

—Esta bien...

Cortas la llamada, piensas que esa invitación es nuevamente rara ya que otras veces anteriores te había invitado pero como es para hablar sobre el trabajo supones que no quiere intentar nada ya que tu solo lo ves como un amigo y jefe de trabajo.

Querias saber todo sobre los Heelshire, tu paciencia en buscar algo sobre ellos se había acaba por lo que decides ir pero primero tendrias que decirle a tu jefe por lo tanto no querias ir a esa cafetería porque salir no era lo tuyo y lo hacías cuando conocías gente por app de citas o algo parecido, si se que tu vida es solitaria y triste pero valdrá la pena una vez que hayas encontrado al indicado. Habían pasado 2 días y hoy tendrias que ir a esa cafetería para hablar con Damián, tu jefe, te preparas y sales de tu casa, la luz del sol te molesta un poco pero de todas formas después de unos minutos llegas al lugar acordado.

Llegas y tomas una mesa, al parecer el no había llegado aún, así que tienes que esperar otros minutos más. Cuando tu jefe llega, lo que habías pedido había llegado, una taza de café y tostadas.

—Aquí tiene.—dice la meseta del lugar.

—Muchas gracias.—agradeces a la meseta y se va.

Damián se sienta y te saluda, antes de hablar sobre el tema de los Heelshire el ordena al igual que tú un café, puedes notar que esta algo emocionado y nerviosa, luego de pedir su desayuno habla.

—¿De que quieres hablar?

—Tu sabes, lo que sucede con los Heelshire.—aclaras.

Hubo un poco de silencio, el se había olvidado completamente de lo que de verdad venias a hablar, no eras muy paciente por lo que decides tomar un sorbo de tu taza de café para esperar un poco de lo que el te tiene que decir pero... No dijo nada solo hubo silencio, al parecer el quería que tu hablaras primero, tu lo estabas mirando con una expresión serie, te tomabas en serio tu trabajo pero al parecer tu jefe no hasta que al tomar otro sorbo de tu taza hablas.

—Si no quieres hablar sobre los Heelshire que es nuestro tema de trabajo me iré.—dices esperando a que el hablará.

—No, no, no te vayas quedate, solo... Quería... Admirar tu belleza.—Dice con una sonrisa y te guiña un ojo.

Te enfadas pero decides mantener la calla y no decir nada, tomas otro sorbo de tu café esperando a que el te hable sobre los Heelshire pero no lo hace y solo sigue intentando coquetear contigo.

—Basta.—dices y hay nuevamente silencio entre ustedes dos.— Quiero que me hables ssobre los Heelshire, una información útil antes de que vaya a su casa a hacer la entrevista.

—Esta bien, esta bien, ¿que quieres que te diga?.—dijo de una forma en la que no mostraba el interés.

Tú, cansada decides irte pero antes pagas tu parte y le dices un poco molesta:

—Me voy, me iré una semana antes a esa casa así que preparala, yo buscaré mi información por mi cuenta.

Dicho eso te retiras dejándolo solo y te vas hacia tu casa enojada y molesta al ver que tu jefe no lo toma enserio.