agosmina - la revancha

04. Conflictos

Miércoles, día 3.

Aquel día, Romina y Lisandro fueron los primeros en levantarse.

—Vamos a tener que acostumbrarnos a madrugar juntos parece —comentó él sonriente.

Lisandro sabía muy bien que la producción quería generar algo entre ellos, le bastó con los tapes que crearon cuando Romina estuvo cinco días en su edición y por los comentarios que habían surgido en la previa de la revancha. Él era vivo y buscaría aprovecharlo.

—Parece, sí —contestó ella sin darle importancia.

—¿Me harías unas tostadas? A vos te salen riquísimas.

—Sí, obvio —Romina sonrió cordial y comenzó a realizar el desayuno.

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Aquel día GH empezó con reggaeton para despertar a los participantes. Detrás de Lisandro y Romina, se despertaron Isabel y Alfa. En las últimas horas, Alfa e Isabel habían estado demasiado juntos. Para disgusto de Romina. 

Romina, sin Agostina y sin Alfa, se sentía sola. Y se refugiaba en la cocina más que nunca. En la mañana había preparado galletitas y ahora se encontraba haciendo el almuerzo. 

—Buen día —Agostina apareció por la cocina dando un bostezo, siendo seguida por Coty.

—Buen día —respondió Romina sin desviar la mirada de las verduras que cortaba.

—Sos muy cómoda para dormir, Agos —la correntina comentó haciendo que la ex diptuada alce la vista.

Romina detuvo su acción y las observó suspicaz.

—Coty se levantó a la mañana y tenía frío por el aire entonces se acostó conmigo —Agostina aclaró velozmente.

—No te pedí explicaciones —Romina respondió tajante y continuó cortando. 

 —Ah, bueno. La dueña de la cocina sigue en su lugar veo —Isabel apareció del brazo de Alfa.

Coty, Agostina y Romina miraron a los recién llegados sin entender. ¿Qué pretendían?

—¿Disculpa? —la ex diputada miró a la "queen", que sonreía.

—En tu edición fue parte de tu estrategia, Romina. Pero esto no es tu edición, es la revancha.

—¿Qué estrategia? —frunció el ceño— Me levanté temprano y quería cocinar, ¿cuál es el problema?

—No estaría mal rotar —Alfa acotó.

Romina lo miró sorprendida, ¿acaso estaba defendiendo a Isabel?

—A ver, Isabel... —la morocha suspiró antes de seguir— Si queres cocinar, hacelo. A mí no me jode, pero hacelo. Mientras vos dormías yo estaba cortando la carne, sacándole la grasa y cortando las verduras para dejar todo picadito y preparado. ¿Queres cocinar? Bueno, levantate más temprano y hacelo. O más fácil ¡Decilo! —alzó sus brazos— Porque venís acá y tiras esto, ¿por qué no me decís "che Romi, qué te parece si hoy cocino yo"? ¡A mí no me jode!

—Estás muy alterada, querida —Isabel dijo con desdén.

—Uh, que vieja pelotuda —Agostina acotó— Que ganas de buscar quilombo, loca. Nunca pelaste una papa y ahora te haces la chef, dejate de joder.