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Había sido una noche divertida, pero los celos de su novio le arruinaron el momento. A pesar de todo, Haewon continuó hablando con Minho como si nada hubiera pasado, ocultando sus ganas de llorar con una falsa sonrisa. Por suerte, Changbin estaba lo suficientemente borracho junto a Chris como para no notar que las esquinas de sus ojos estaban rojas. Podría engañar a Minho, pero nunca a su hermano. Era casi como un superpoder; él siempre podía oler las lágrimas de Hae, incluso si no habían salido de sus ojos.
—¿Está todo bien? —preguntó Minho cuando notó que Haewon ya no hablaba tanto como antes una vez subieron con la comida.
—Sí, es solo que estoy cansada, ¿sabes?
—¿Me estás echando, Haewon?
—¡Qué! No, ¿cómo crees? Puedes quedarte todo lo que quieras.
Se enrojeció por haber gritado.
—¿Todo lo que quiera? —Minho la miró fijamente.
No podía evitarlo. Aunque sabía que estaba mal, su naturaleza coqueta y el hecho de que Haewon había capturado su atención como nunca nadie lo había hecho antes lo impulsaban. El haber descubierto que el novio y su amigo eran básicamente maltratadores no ayudaba; estaba convencido de que podía salvarla de esa relación tan tóxica en la que estaba. No pudo evitar bajar su mirada a sus labios, tan esponjosos y con un precioso color cereza. Se preguntó de qué color quedarían sus labios si la besaba, o si la besaba tanto, cuánto se correría el labial. Inconscientemente, se acercó a ella, dejándola entre su cuerpo y el escritorio.
—B-bueno, tampoco puedes quedarte un mes.
Minho no pudo evitar sonreír ante el nerviosismo de Haewon. Su mirada seguía fija en sus labios, y cada vez sentía más la necesidad de acercarse. Sin embargo, sabía que debía ser cauteloso. No quería hacerle daño ni empeorar la situación con su novio.
—¿Qué pasa, Hae? —su voz era suave, intentando no asustarla—. ¿Por qué te pones tan nerviosa?
Haewon tragó saliva y desvió la mirada, intentando encontrar una salida a la tensión que sentía. Sabía que Minho se estaba acercando demasiado, y aunque una parte de ella quería dejarse llevar, la otra parte sabía que no podía hacerlo.
