nuestro pasado

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Recuerdo bien aquella vez que la mire por primera vez, había llegado como trabajadora de mi mansión, su familia la había vendido como esclava, estaba delgada, sucia, solo hacía tareas sencillas

-Señor muzan, esta chica se encargará de atenderlo como se merece.

Yo no podía valerme por mí mismo, cada día que pasaba sentía que moría poco a poco, lo cual me disgustaba bastante, solo estaba a Merced de estúpidos médicos que solo eran más que charlatanes puesto que no había mejorado ni un poco mi condición, todos me daban ya por muerto.

-¿Que esperas? Ya sabes que tienes que hacer

La chica no dijo nada y hizo una reverencia, parándose y llendose del lugar llegó a los minutos, con una bandeja de comida, pero no tenía apetito, estaba demasiado molesto, solo mire la comida

-Sr muzan, su medicina- El médico extendio hacia mi un plato, olía algo fuerte-debe beberlo completo como lo ha estado haciendo.

La rabia se apoderó de mi, y aventé la medicina, el plato se rompió y me salpicó.

-Sr muzan, si quiere componerse debe tomar la medicina- me miró el doctor con esa típica mirada que todos me lanzaban de compasión, lástima...

-Nunguna medicina que me has dado ha funcionado, será mejor que vuelvas cuando realmente tenga algo que me ayude- dije algo exaltado, -largo- el médico asintió y salió de la habitación

-Sr, por favor permítame retirar sus sabanas- Dijo con una voz algo tenue, la mire de reojo y asentí, indicándole que podía proceder.

La chica tomo las sábanas y las quito de dónde estaban, tomo un trapo y limpio el suelo que ya hacía sucio. -Su ropa señor, está también manchada, permítame traerle una limpia.

Mire mi aori, estaba salpicada de las manos, suspiré, y trate de quitarme la prenda por mi mismo pero no pude, no tenía fuerzas. la joven se acercó a mi poniendo su brazo sobre mi manga, reaccione con desconfianza y la tomé del brazo, -¿Que diablos estás haciendo?- Le pregunté molesto.

-Lamento si lo moleste, solo quería ayudarlo a quitar su aori.

-¡¿CREES QUE NO PUEDO HACERLO SOLO?! ¡¿PIENSAS QUE SOY UN INÚTIL?!- La jale del cuello y la mire con rabia.

-¡¿CREES QUE NO PUEDO HACERLO SOLO?! ¡¿PIENSAS QUE SOY UN INÚTIL?!- La jale del cuello y la mire con rabia

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-No, solo quiero ser de utilidad para usted.- Hizo que me sorprendiera, su cara no era como la de los demás, no tenía esa típica expresión de compasión que todos me mostraban. Solo la solté

Ella tomó con delicadeza mi brazo y procedió a quitar mi aori, dejando mi piel expuesta a la intemperie por unos segundos, y procedió a ponerme uno nuevo.

-Me llevaré las prendas- Solo asentí y ella se fue.

Me recosté mirando al techo, ¿Cuánto tiempo me quedara? ¿Realmente voy a morir? Esas preguntas rezonaban en mi cabeza una y otra vez, hasta que finalmente me quedé dormido.

muzan y tu  Eligeme a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora