Viaje en el tiempo No. 1 Esposo inmortal

Capítulo 90

"¡Shi Jingcheng, entrega las cosas, o hoy no podrás escapar!"

"¡Shi Jingcheng, no tienes salida, tu vida no importa, pero piensa en tu única hija!"

Cada uno amenazaba a Shi Jingcheng; incluso aquellos que estaban a su lado, miraban con ansia, claramente interesados en esos dos objetos. En el continente Tianlin, condensar el Dan Dorado era extremadamente difícil. Podía renunciar al núcleo de Hēi Míng Yán Suǐ, pero el Xuanzhī Inmaculado hacía que todos los cultivadores de Fundación presentes se sintieran tentados.

"¡Jefe de la familia Shi, lo siento, me retiro!"

Fang Wangru, viendo que la situación se tornaba más desfavorable, decidió retirarse a tiempo. También estaba muy interesado en esos dos tesoros, pero sabía que, si obtenía cualquiera de ellos, acabaría en la misma situación que Shi Jingcheng, siendo desgarrado por los cultivadores envidiosos. Además, tenía alumnos a su cargo, por lo que no podía desatenderlos.

"¡Protéje a Yan Yan!" Shi Jingcheng, con sangre fluyendo de sus siete orificios, hizo un esfuerzo para enviar a Fang Wangru a salvo. Sabía que no podría sobrevivir, pero esperaba que su hija fuera protegida por la Academia Tianfu. Y él, incluso al morir, quería arrastrar a esos traidores con él. "¡Ahhh! ¡Ustedes, escoria, que todos sean enterrados con la familia Shi, salgan ya!"

Shi Jingcheng fue derribado al suelo, pero se levantó con desesperación y gritó al cielo. Su cuerpo estaba lleno de heridas, y la sangre brotaba de él continuamente, convirtiéndolo en una figura ensangrentada. Aún había quienes no cesaban su ataque, y pronto le quedaba sólo medio aliento.

A medida que el aire se llenaba de sangre, Fang Wangru, que ya se había retirado, vio cómo la sangre que manaba al suelo comenzaba a disminuir. De repente, se dio cuenta de lo que Shi Jingcheng iba a hacer y corrió hacia Jiang Yan y los demás, gritando: "¡Rápido, salgan de aquí! ¡Váyanse!"

Jiang Yan y los demás sabían que no podían competir con ese grupo de cultivadores. Si una familia como la de Shi había sido destruida, mucho menos ellos, así que al oír a Fang Wangru, dieron la vuelta y comenzaron a correr, llevando consigo a Shi Yanyan.

"¡No, papá, no! ¡Papá!" gritó Shi Yanyan desesperadamente.

Justo cuando los demás dudaban por la acción de Fang Wangru, el suelo comenzó a temblar. Antes de que pudieran hacer algo, un estruendo resonó y el suelo estalló, emergiendo innumerables vides de sangre. Una de esas gruesas vides atravesó directamente el corazón de Shi Jingcheng, levantándolo en el aire.

Lo extraño fue que, en ese momento, Shi Jingcheng no murió, sino que comenzó a reír locamente: "¡Vamos, el Hēi Míng Yán Suǐ y el Xuanzhī Inmaculado están aquí conmigo, vengan a por ellos! ¡Yan Yan, lo siento, papá se encargará de su venganza, tú debes vivir bien!"

"¡No—papá—!"

"¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!..."

Las vides de sangre continuaban estallando, pero instantáneamente surgían más vides. Al mirar atrás, se podía ver el cielo y la tierra cubiertos de ellas. Algunos intentaban escapar, pero Shi Jingcheng lanzó dos objetos al aire. En el siguiente instante, esos individuos, desafiando el peligro, se dieron la vuelta para luchar por ellos; esos objetos eran el Núcleo de Hēi Míng Yán Suǐ y el Xuanzhī Inmaculado.

"¡Ja, ja, ja...!"

Aún se podía escuchar la risa loca de Shi Jingcheng, mientras Shi Yanyan lloraba desconsoladamente, incluso con lágrimas de sangre fluyendo. Shi Jingcheng ya no podía sobrevivir; había sacrificado no solo su carne y sangre, sino también su alma al Vides de Sangre Celestial. En ese momento, la tierra ancestral de la familia Shi se había convertido en un verdadero infierno.