1. El Inicio De Todo

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𝐃𝐈 𝐍𝐎 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐌𝐀𝐒

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Con pesadez Amy abrió los ojos para poder enfocar su vista en el techo blanco de su habitación, bostezó y estiró sus brazos mientras se enderezaba para sentarse en su cama

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Con pesadez Amy abrió los ojos para poder enfocar su vista en el techo blanco de su habitación, bostezó y estiró sus brazos mientras se enderezaba para sentarse en su cama.

Estiró la sábana que tenía en su cama para cobijarse más, giró la vista para mirar por la ventana de su recámara para comprobar como caía el atardecer y el viento entraba directo a ella haciendo volar las cortinas de color blanco que colgaban.

"Que flojera poner un pie fuera de la cama" pensó Amy.

Cómo fortuna la puerta de su recámara se abrió revelando una pequeña personita entrar por ella, la chica sonrió inmediatamente mientras aún seguía cobijada y ladeó su cabeza cerrando los ojos.

—¡Despertaste! —exclamó feliz su hermano pequeño dejando una bandeja en el pequeño mueble que tenía a un lado de su cama.—Mamá traía esto pero yo quería traertelo.

El niño se dejó caer en la orilla de la cama mientras veía a su hermana recostarse y darle una tierna sonrisa.

—Es muy tierno de tu parte Tony bebé.—ante esto su hermano frunció el ceño por el apodo y ella rió.—¿Podrías por favor cerrar la ventana?

Tony asintió mientras iba a cerrar ambas hojas de la ventana para evitar que el aire siguiera entrando a la recámara de su hermana mayor.

—Debiste ir a jugar. —habló Amy—A divertirte un poco, no es necesario me cuides pequeño enfermero. —revolvió su cabello de manera amorosa.

—No me quedé por ti boba. —aseguró cruzando sus brazos.

—¿Ah no?—cuestionó enarcando una ceja—¿Entonces porque te quedaste?

—Mamá no me dejó salir—respondió simple.

—Y tú, el pequeño Tony rebelde le hizo caso y no hizo berrinche para salir a jugar.

Tony se limitó a encogerse de hombros.

—Me dio flojera.

Amy rió y con su mano revolvió su cabello.

—Anda pásame un poco de la sopa que hizo mamá.— antes de que Tony siquiera hablará Amy se adelantó a responder— Y sí... si te puedes quedar con la gelatina.

El niño sonrió ampliamente mientras le pasaba la sopa a su hermana.

Más tarde ese mismo día, la noche caía y después de seguir tomando su medicamento durante los dos días en que Amy había estado enferma y con cuidados de su familia, ella podía decir que se sentía con bastante mejoría. Así que había tomado la decisión acerca de que el día siguiente ya podía asistir a la escuela.

ғᴀʟʟɪɴɢ ─── ∙ ꜱᴛᴇᴠᴇ ʜᴀʀʀɪɴɢᴛᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora