02. futura free

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na jaemin, 20 años, estudiante de universidad, ex bailarín de ballet.

jaemin, fue criado por su mamá toda la vida, tenía una vida simple, venía de una familia de dinero por lo que estudió lo que sea porque igualmente tiene dinero. no tiene idea de quien pueda ser su papá, cada que se lo pregunta a su mamá solo le responde lo mismo de siempre; "era muy joven y cometí varios errores" pero ella siempre le hacía saber a jaemin que el no era uno de los errores que cometió, el nunca le creyó.

cuando tenía tan solo 6 años, le dijo a su mamá que quería comenzar clases de ballet, su mamá nunca le dijo que no a nada, pero quizá, esta vez tuvo que haberle dicho que no a su pequeño, pero le dolía tanto negarle algo que al día siguiente ya estaba parado en un salón grande, usando unas bonitas zapatillas blancas, debió haberse quedado con las ganas.

— plié, en croix, pirouette ¡na jaemin, en jodida croix!

— ¡na jaemin! ¡engarruñar los pies no es hacer punta!

jaemin ¿qué comiste hoy? ¡mete la panza!

tendrás que hacer dieta, subiste como 10 kilos, vas a romper la tarima.

pero lo soportaba , lo soportaba porque amaba bailar, amaba pararse de puntas y sentirse tan liviano como un cisne. soportaba que se sentaran en sus pies para bajar más su empeine, o que sus maestros le hablaran y gritaran en francés y ruso por hacer mal la combinación, soportaba que sus maestras le pegaran en la espalda para enderezarla, o que le abrieran las piernas para ser más flexible.

lo único que no soportaba era lo gordo que se sentía, lo mucho que le podía que le dijeran que dejara de comer, las infernales dietas y las burlas por pesar más que otros cuando los pesaban frente a todo el salón. por eso, después de más de doce años dedicados a el bonito, pero terrible arte de la danza clásica se vió obligado a dejarlo por una anorexia nerviosa que no parece dejar de atormentarlo aunque el asegure que ya se recuperó.

mamá, ya no quiero hacer ballet. — suelta de repente el pequeño castaño — me esta jodiendo la vida.

las palabras que alguna vez dijo se quedaron en su cabeza por meses, no puede conciliar el sueño desde hace aquel día, debatiendo si su decisión fue lo correcto, el miedo que su anorexia le causaba cada noche antes de dormir y cada día al despertar aveces era más fuerte que la pasión.

me esta jodiendo la vida. —

esa noche, se quedó dormitando hasta que amaneció, habían acordado entre los tres ir a desayunar juntos, querían ver que jaemin realmente se metiera un pedazo de comida a la boca. horas después, llegaron a casa de jaemin, los dos chinos, parecían gemelos, ambos de verde.

— buenos días nana. ¿dormiste? — preguntó dulcemente renjun, ¿siempre es así de lindo? se preguntó jaemin para sus adentros, sacudiendo la cabeza para dejar de pensar en eso y contestar.

— hola ren, no mucho — jaemin se rascó la nuca, no le gustaba que sus amigos se comportaran como histéricos solo porque no pudo dormir otra vez.

— te lo juro que te traeré las pastillas de mi abuela, te dormirás tres años — chilla chenle, con su bonita sonrisa blanca de oreja a oreja. — sí chenle, sí. — contesta jaemin

al llegar al lugar, a jaemin se le suben los ánimos, es una bonita cafetería y hay un montón de gente desyunando.
un olor de pan recién horneado entra por sus fosas nasales, y su estomago ruge.

— hola. ¿mesa para tres? — pregunta una bonita chica castaña, su plaquita lleva el nombre de lia. la chica sonríe y evita la mirada de jaemin, incluso enrojece un poco. sus amigos, al darse cuenta solo sonrien y se les escapan unas risitas.

— si, porfavor — jaemin aún sin darse cuenta responde — caminen. ¿que les pasa? —realmente no tiene idea, no suele darse cuenta de esas cosas, o cuando le conviene, no.

los tres siguen a la chica, que los lleva a una linda mesa en el exterior, se sientan y cuando ya no hay rastro de la chica cerca, los dos chinos estallan en risas.

— ¿qué? — jaemin mira a sus alrededores, no hay nada gracioso.

— de verdad no sé si eres o te haces. ¿no te diste cuenta? — renjun finalmente habla, casi sin aire. — ¿cuenta de que? — chenle golpea levemente la mesa, algunos se les quedan viendo pero no les importa.

— ¡de que le súper gustaste a lia! — dice el mismo. — ¿lia quien? — jaemin de verdad no tiene idea.

— dios mío jaemin, nada, mejor ordenemos.

después de un rato y mucho vigilar a jaemin, terminaron sus desayunos, dejaron una propina y sin que jaemin se diera cuenta, le dejaron su número a lia, con esperanza de que jaemin porfin salga con alguien después de ella.

llegaron a casa de chenle a hacer nada, como siempre. simplemente por acompañarse y seguir vigilando a jaemin.

desconocido [ 1:27 pm ]
holaa, soy lia
del restaurante. ^^

blonde | nomin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora