³

7 3 0
                                    

Mai estaba emocionada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mai estaba emocionada. Había soñado con este momento durante tanto tiempo. El viaje en avión fue más tedioso de lo que esperaba y la espalda de todas estaba en el peor momento, pero todo dolor se disipaba al saber que iban hacia la ciudad que nunca duerme: Las Vegas. El bullicio de las ruedas del avión recorriendo la pista, la vibrante emoción de estar cerca de un lugar tan lleno de promesas y aventuras, la llenaban de una ansiedad palpable.

—¡Este va a ser el viaje de nuestras vidas! —exclamó Clara, mirando por la ventanilla mientras las luces de la ciudad comenzaban a verse en el horizonte.

—Sí, ¡Las Vegas nos espera! —respondió Ara, con una sonrisa que reflejaba la misma emoción de las otras. Las cuatro estaban listas para desconectar del estrés del día a día y sumergirse en la magia y el caos de la ciudad del entretenimiento.

El vuelo fue largo, pero las risas y las historias que compartieron hicieron que el tiempo pasara rápido. Mai había estado esperando mucho tiempo para este momento. Por fin, cuando el avión aterrizó, su corazón latió más rápido al ver las luces deslumbrantes de Las Vegas.

El aeropuerto estaba lleno de gente de todas partes del mundo, y la atmósfera era de pura euforia. Mientras caminaban por el terminal, el aire seco de Nevada las envolvió, un cambio notable después de la humedad de su ciudad natal.

—Vamos directo al hotel, ¿no? —preguntó Mariza, su voz llena de impaciencia.

—¡Claro! Vamos a dejar las maletas y luego exploramos un poco —respondió Mai, que ya imaginaba las luces brillantes de la Strip y los casinos reluciendo a la distancia.

El taxi las llevó rápidamente hasta su destino: un hotel enorme, con una fachada llena de neón que parecía ser una obra de arte por sí misma. Cuando entraron, Mai se sorprendió por el lujo del lugar. Todo era grandioso, desde el enorme vestíbulo con su cristalera de mármol hasta las lámparas de araña que colgaban del techo como si de una obra de arte se tratara.

Las chicas se registraron en el mostrador y se dirigieron a sus habitaciones. El tiempo parecía moverse diferente aquí. La electricidad del lugar las envolvía, y Mai no podía dejar de sonreír. Finalmente estaban allí, listas para sumergirse en todo lo que Las Vegas tenía para ofrecerles.

Una vez acomodadas, se reunieron en el salón principal del hotel, riendo y eligiendo qué hacer primero. Tras un pequeño debate sobre si ir de compras, explorar los casinos o simplemente pasear por la ciudad, decidieron hacer una combinación de todo. Salieron a la calle, donde la luz de las enormes pantallas electrónicas iluminaba todo, creando una atmósfera irreal. Las chicas se sintieron como en un sueño.

El calor del desierto era fuerte, pero la vibrante energía de la ciudad lo hacía soportable. Comenzaron a caminar, haciendo una parada aquí y allá, entrando a algunos casinos, observando a la gente que se divertía, y disfrutando de cada rincón que Las Vegas les ofrecía.

Cuando el sol comenzó a ponerse, el cielo se tiñó de tonos naranjas y rojos, y el bullicio de la ciudad se intensificó. Era hora de prepararse para la fiesta de la noche. Mai se sentía radiante con el vestido rojo que había elegido. Clara, Mariza y Ara estaban igualmente espectaculares, y juntas eran el centro de todas las miradas en el hotel.

El destino de esa noche fue un club de lujo. Entraron al lugar, una mezcla de luces brillantes, música electrónica y personas elegantes que se mezclaban entre risas y tragos. Mai estaba emocionada, pero al mismo tiempo, sentía una extraña sensación de nerviosismo. La pista de baile estaba llena, pero algo la mantenía alerta, como si hubiera una presencia en el lugar que la observaba.

Fue en ese momento cuando lo vio. Un hombre alto, con un porte impecable y una mirada profunda que parecía atravesarla. Él estaba en la barra, rodeado de un pequeño grupo, pero sus ojos no podían apartarse de ella. Mai sintió un escalofrío en la espalda, pero no pudo evitar sentirse atraída por su presencia.

El hombre tenía un aire elegante e intimidante, su traje negro perfectamente ajustado y una camisa blanca que contrastaba con la oscuridad del conjunto. Su cabello oscuro estaba peinado con cuidado, y su rostro, marcado por rasgos fuertes, mostraba una expresión seria que dejaba entrever algo misterioso.

En un momento, el hombre comenzó a caminar hacia ella, como si se estuviera acercando de manera intencional, imparable. Mai sintió que su corazón latía más rápido, y de repente, se dio cuenta de que él estaba justo frente a ella.

—¿Puedo invitarte a una bebida? —dijo él, con una voz profunda y tranquila.

Mai no podía evitar mirarlo fijamente. Había algo en su mirada que le resultaba desconcertante, como si él supiera algo que ella aún no comprendía.

—Claro —respondió, tratando de no dejar traslucir su nerviosismo. ¿Quién era este hombre? ¿Por qué parecía conocerla tan bien, aunque nunca antes lo hubiera visto?

Mai se encontraba preguntándose si el destino la había puesto en ese lugar justo en ese momento.

El resto de la noche transcurrió de manera extraña. Mai se encontraba disfrutando de la compañía de ese hombre, aunque sentía que algo estaba por cambiar en su vida, que aquella noche no sería como las demás. Algo dentro de ella le decía que este encuentro era solo el principio de algo más grande, algo que solo el tiempo revelaría.

 Algo dentro de ella le decía que este encuentro era solo el principio de algo más grande, algo que solo el tiempo revelaría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 02, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

las Vegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora