༺𝑆𝑖... 𝐸𝑙 𝑔𝑒𝑚𝑒𝑙𝑜 𝑃𝑎𝑟𝑘᭄

⚜️~○ Prólogo

🎐°~ Jungkook.

Mire la pantalla de la computadora.

El pequeño cursor negro parpadeó, pero no tenía idea de lo que estaba haciendo. Mi cabeza estaba demasiado confundida para enfocarse.

Hoy es el día de mi boda.

Nadie lo sabía excepto mi padre.

No quería hacer un gran problema al respecto; después de todo, no era como si estuviera haciendo esto porque quisiera.

No, fue para ayudar a asegurar el nombre de Jeon, unirnos a negocios más legítimos y aumentar nuestra riqueza y viabilidad.

En general, mi padre tenía razón; Fue un buen movimiento.

La guinda del pastel era que mantendría la paz entre dos familias. Prefiero la paz a la guerra cualquier día.

Tomé mi teléfono mientras sonaba.

—Sí.

—Te vas a casar esta noche —el rico timbre de mi padre me hizo sentarme un poco más alto— ¿Está todo arreglado?

—Sí, señor.

—Bien, bien —exhaló, y me imaginé uno de sus puros posado entre sus dedos—. Tu madre no puede saber nada de esto. Tendremos la boda real en unas pocas semanas, pero Sehu insistió en que lo hagamos ahora.

Yo era consciente, pero no tenía idea de por qué.

Sacando una foto de MinJi, la miré. Ella es bonita con unos pequeños  ojos grises, una figura menuda y de curvas suaves, y con una sonrisa graciosa. Su cabello negro azabache estaba recogido en un moño y aretes de perlas adornaban sus orejas.

En general, es una mujer hermosa, que claramente había sido criada para ser el centro de atención y saber cómo actuar en consecuencia. Es una mujer perfecta para mi imagen y la de mi familia.

—Tengo que admitir que esto es un poco extraño —dije, sentándome derecho y rígido en mi silla.

—Sí, lo sé. Nunca antes habíamos hecho este tipo de conexión.

Sabía exactamente lo que quería decir sin que él lo dijera.

Estábamos haciendo algo sin precedentes; salir de la familia o de aquellos cercanos a nosotros para casarnos y unirnos con personas que conocíamos vagamente pero con las que no estábamos cerca.

Yakuza.

Esa familia era tan diferente a nosotros.

Demonios, ni siquiera incursionaron en el tráfico de drogas.

Nuestras familias eran el día y la noche; la nuestra salvaje, posesiva y reservada y la de ellos disciplinada en todo sentido.

—¿Está seguro? —Le pregunté a mi padre, mientras mi estómago se contraía en cuanto miró la foto de MinJi de nuevo.

—Fue tu idea —señala con un gruñido en su tono de voz que me decía que estaba al borde del disgusto—¿Recordar?

Asentí, sabiendo que él no me ve, pero ¿era realmente? Sí, estaba seguro de que era lo correcto.

Cualquier cosa para hacer que mi familia avance vale la pena.

Sin embargo, mi padre fue quien puso todo en marcha. Había fijado las citas, las reuniones y supervisado todo.

De alguna manera, me sentía como si me hubiera amarrado la garganta con un collar de cuero y me hubiera arrastrado, todo eso mientras mi padre me hacía pensar que había sido idea mía.