Slow burn

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Comenzaban las vacaciones de verano en Fórmula 1 por lo que algunos de los pilotos quisieron celebrar por un exitoso –para unos– primer semestre. Todos los que asistieron estaban en una discoteca y con tanto alcohol comenzaron a jugar.

Max estaba frente a Checo, ambos se miraban de vez en cuando sin entender el por qué, solo sus miradas se iban directamente al otro como imanes.

Pierre comenzó. "Max, toma dos shots de tequila."

El holandés sonrió y lo hizo con facilidad. Checo hizo una mueca de disgusto y Max le sonrió.

"Eso no fue nada, Pierre. Dame un mejor reto."

Pierre dijo emocionado, "¿Eso es lo que quieres? Pues bien, besa a la persona que encuentres más atractiva entre nosotros."

Todos comenzaron a golpear la mesa, con tanto alcohol encima todo les parecía entretenido y no les molestaba tener un beso con Max. Checo era quien tenía mucho miedo.

Max miró a todos y luego se levantó. Todos seguían haciendo ruido mientras veían cómo se acercaba a una persona, Checo Pérez.

Checo comenzó a alterarse y trató de detenerlo pero Max fue más rápido y le dio un rápido beso en los labios. El grupo de amigos gritaron y Checo se le quedó mirando la sonrisa que tenía encima, como si hubiese conseguido un trofeo, Checo no pudo lidiar con eso así que se levantó y se fue. Sus amigos trataron de detenerlo pero no sirvió. En solo unos minutos ya estaba en el hotel y se echó en su cama. Al recordar a Max se tocó los labios y luego suspiró mientras daba una patada al aire. Esto no era un maldito juego. Cuando ya estaba más calmado se levantó a ponerse el pijama cuando en eso escuchó que alguien golpeó su puerta.

"Checo, es Max."

El estómago de Checo se revolvió.

Al lado de la puerta dijo, "Si vienes a besarme otra vez no te dejaré pasar."

"Solo quiero saber cómo estás."

"Bien, gracias. ¿Es todo?"

Max suspiró. "Por favor, Checo."

Checo apretó sus labios y por fin le abrió la puerta, se sentía muy avergonzado de tenerlo en su habitación después del beso.

Max no estaba tan ebrio, solo se movía un poco divertido pero se veía bastante lúcido. Checo le ofreció un vaso de agua y Max se sentó en el sillón.

"¿Por qué te fuiste?"

Checo lo miró confundido. "¿Por qué me fui? Max, me besaste, ¿qué otra cosa pensaste qué haría? ¿Darte otro beso?"

Max se encogió de hombros y Checo suspiró con sus manos en la cadera.

"¿Es divertido para ti?"

"O sea, me gustó tu cara después del beso."

Checo alzó sus brazos al no creerse lo que había escuchado.

"Max, ¿eres consciente que ya no podremos ser lo de antes?"

"Todo eso depende de ti, yo estoy bien."

"Sal de mi habitación."

Checo le apuntó la puerta y con una sonrisa Max pasó por su lado y se fue. Checo por fin pudo respirar correctamente y se devolvió a la cama pero no pudo conciliar el sueño, tenía mucho en su corazón y mente.

¿Por qué le molestaba tanto el beso?

Algunas veces cuando Max estaba muy cerca de Checo o lo veía sonreír, morderse el labio o tocándolo, se imaginaba cómo sería probar sus labios. Siempre se imaginó que sería algo bastante excitante y delicioso, odiaba pensar en esas descripciones. Pero no, Checo no gustaba de Max, para nada. Era solo su compañero de escudería que normalmente lo encontraba bastante atractivo y con una buena personalidad, nada más. Era normal, ¿cierto?

Slow Burn (Chestappen One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora