Vagaba por el centro comercial entremedio de mis dos mejores amigos, los cuales hablaban entre ellos de algo que no podía escuchar; Estaba inmerso en mis pensamientos de tal forma que no captaba nada a mi alrededor. Estaba agobiandome, mis padres habían estado un tiempo atosigandome en cuanto a mi futuro y yo no lo tenía nada claro, a mí me gustaba el fútbol y no quería dedicarme a nada distinto.
“¿Pedrito, nos estás escuchando?"- murmuró Mikel tras zarandearme de un brazo.
Yo parpadeé unas cuantas veces antes de suspirar, mirando a ambos chicos mientras realentizaba el paso.
“Lo siento chicos, volví a quedarme pensando en lo que me dijeron mis padres...”- me disculpé algo apenado, viendo como mis amigos negaban con la cabeza.
“Te están presionando mucho, tío”- dijo Álvaro a continuación, pasando uno de sus brazos por mis hombros- “Tienes que desconectar un poco y sé perfectamente lo que necesitas”.
Tras eso me dejé guiar por los dos chicos, los cuales me llevaron a la casa que ambos compartían.
Hacía ya casi dos años que mis mejores amigos salían y ya me había acostumbrado a ello, entre ellos se compenetraban y se complementaban. Álvaro es una persona muy impulsiva Y Mikel es todo lo contrario, es súper tranquilo y sosegado, como el yin y el yang, eran almas gemelas aunque no se parecieran en nada.“No, deberíamos hacer una fiesta“- se quejó Álvaro mientras hablaba con su novio, el cual se masajeaba la frente por la impulsividad de su pareja.
“Cariño es martes, mañana tenemos que ir a clase y Pedro más de lo mismo"- murmuró sentándose a mi lado, poniendo una mano en mi pierna y dejando un apretón a modo cariñoso.
“Yo no estoy para fiestas”- murmuré en bajito, notando que mi voz había salido más ronca al haber estado ausente unos largos minutos.
“Lo sé ¿prefieres que veamos algo en la tele?, eso puede animarte un poco”- sonrió un poco el vasco, rodando los ojos al notar cómo su pareja había comenzado a replicar en voz baja.
“quiero hablar con vosotros, sobre Fran...”- y tras decir esas palabras noté como Morata se sentaba a mi otro lado, haciendo que yo esbozara una pequeña sonrisa.
“¿Ha vuelto a molestarte?, mira que le arranco los huevos de cuajo, no tengo ningún mied...”- dejó de hablar en cuanto solté una carcajada.
“No, no es eso... creo que sigue muy ocupado con el otro, es solo que quizá le echo de menos”- murmuré tras limpiarme las lagrimitas que habían resbalado por mis mejillas al reírme.
“Pedro, ese chico no te conviene y lo sabes, si ya te engañó con el portugués imagínate lo que puede volver a hacer”- exclamó Oyarzabal, que seguía dándole caricias a mi pierna a modo de apoyo.
“Lo sé perfectamente Mikel, pero no he podido olvidarme de él, y eso me estresa todavía más porque aún no sé cómo decirle a mis padres que no soy heterosexual”- dije en un pequeño suspiro, notando como la sala se quedaba en silencio unos segundos.
“Pedro...”- murmuró Álvaro, esbozando una pequeña mueca de preocupación al escucharme, sabiendo cómo eran mis padres.
“Me da miedo, sé perfectamente que se puede vivir sin el apoyo de tus progenitores, eres el vivo ejemplo, pero sigue aterrandome la idea de ser una vergüenza para ellos”- murmuré notando como un nudo se formaba en mi garganta.
“Pedro González López”- Exclamó con seriedad mi mejor amigo- “Vuelve a decir eso y te mato, nunca podrías ser una vergüenza para nadie y mucho menos por tu orientación sexual, tus padres deberían quererte tal y como eres, y si no pues que les den, para eso nos tienes a nosotros, que sabes perfectamente que no vas a tener ningún problema”.
Esbocé una pequeña sonrisa abrazando al chico vasco, notando como las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas, luego me separé para abrazar al madrileño, el cual me abrazó más fuerte; Sabía que la conversación le había dejado preocupado, su situación no fue fácil, convencer a dos pijos del barrio de salamanca de que su hijo no tenía ningun problema porque saliera con uno de sus mejores amigos fue tarea imposible, pero digamos que gracias a ello estamos aquí, abrazándonos los tres.
“Los quiero mucho, chicos, de verdad...”-murmuré limpiándome las lágrimas en la camiseta de Álvaro, lo que apreciaba a estos dos chicos no era normal.
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¡¡HOLAAAA!! Esto es una breve introducción a la historia de nuestro querido Pedro, es para poner en contexto los problemitas que él tiene y los personajes que le rodean.
Espero que os guste tanto este como los próximos capítulos, nos vemos!!!! <3
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𝘋𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘰𝘢- ᴘᴇᴅʀɪ x ᴜɴᴀɪ
Fiksi PenggemarPedro González, un estudiante de 17 años y capitán del equipo de su instituto conoce a alguien especial. ¿Cuál será su historia? ¿Qué pasará entre ellos? quédate para descubrirlo.