Profesora Perfección [Nueva Versión]

1.1 Ojos Azules

Alyna p.v

Estaba cansada, ayer había tenido una competencia de boxeo que me drenó la energía.

—¡ALYNA!— me gritó Penélope.

Me tapé los oídos por lo poco que soportaba el ruido.

—¿Que pasa? — dije con la cabeza recostada en la mesa.

—¿Viste que la profe de historia estuvo faltando?—asentí desinteresada.—Se retiró y ahora tenemos una nueva profe, por lo que resta del año, oí por ahí que estaba.. —subió y bajó las cejas en un gesto que me hizo reír.

Levanté mi cabeza, ya un poco más interesada en la conversación.

—Ya era hora, la vieja esa estaba insoportable.—me reí recostandome en la pared del pasillo de la universidad.

—Señoritas, ¿Que hacen fuera de clases?, el timbre ya sonó.—fruncí el ceño al no reconocer la voz, voltee.

Mis ojos se abrieron impresionados, nunca había visto a una mujer tan bella.

El pelo rubio largo hasta su cintura, un vestido celeste bebé que la hacía ver tierna, pero al mismo tiempo marcaba sus curvas.

—¿Quién es usted? — preguntó Penélope en tono de voz formal, que solo ponía de a vez en cuando.

—Oh, soy la profesora de historia, Olivia. — sus ojos azules nos miraban con curiosidad.

Asentimos.

—Bienvenida profe, nosotras nos vamos, disculpe.— la castaña empezó a caminar hacia el salón sin apuro alguno.

Olivia

Me sonrió y le devolví la sonrisa antes de seguir a Penélope al salón.

-*-*-*-*-*-*

Las primeras dos horas de inglés me mataron, estaba que me dormía. Era mi clase favorita, pero después de el ring de ayer no.

Seguía pensando porque le había devuelto. La sonrisa a esa mujer, fué como automático.

Sonó el timbre aturdiendo mis oídos.

Bajé entre la multitud, como odiaba a la gente.

Bajaba los escalones sin prisa, cuando senti un empujón que me tiró contra la barandilla, me estabilicé para seguir caminando pero alguien me tomó del brazo.

—Lo siento. —bajé mi mirada para encontrarme con unos preciosos ojos azules.

Se agarraba de mi brazo para no caer ante los empujones.

Esto era rutina, éramos tantos estudiantes y casi todos como bestias para llegar a la fila de la cantina.

Ya lo había pensado desde hoy cuando la ví, pero definitivamente lo comprobé ahora, la profesora parecía una alumna más.

—¿Cuanto mides? —La pregunta se escapó de mi boca antes de que pudiera pensarla.

Los ojos azules me miraron con falso enojo.

—Yo no soy la pequeña, eres tu la alta. — me reí suavemente y ví como todos se me quedaron mirando.

Era obvio, casi nunca sonrío.

Negué con la cabeza, la abalancha de personas ya había pasado.

—mido uno cincuenta y dos. Tengo una reunión con la directora, adiós.

Bajó rápido lo que quedaban de las escaleras, sus pequeños tacos blancos resonaban en el alboroto.

—Te había perdido, ¿vamos?. — Penélope llegó a mi lado y nos dirigimos a la cantina.

*•*•*•*•*•*•

Estaba sentada en la mesa cuando Mariana habló:

—Hay fiesta hoy, ¿Quién va?. —

—Yo y Alyna vamos— dijo Penélope.
Me miraron y asentí.

—Nosotros también vamos, preciosa.— Marcos le guiñó el ojo a Mariana, quién hizo cara de asco y nos reímos.

Marcos siempre le coqueteaba de "broma" a Mariana, pero todos sabíamos que de verdad le gustaba, solo que Mariana estaba de novia con-

—Hola chicos, ¿que hay?. — Analía llegó sentándose al lado de su novia, para luego darle un beso.

Marcos sonrió junto con nosotros.

—Sobre la fiesta de hoy, ¿vamos todos?— asentimos y seguimos hablando.
*•*•*•*•*•

Entro al club despacio mirando a mi alrededor.
No veo al grupo por ningún lado.

—Alyna—dice Rachel, coqueta y volteo a mirarla—Hace tiempo no teníamos tu visita.

Le sonrío y asiento.

—Vine con los chicos.

Subimos las escaleras del club y me abre la puerta al VIP.

—¿Quieres?—le sonrío

Tomo el porro que me ofrece Rachel.

—Gracias, bonita. — miro a mi alrededor viendo llegar a la castaña.

Se sienta a mi lado y unos minutos después llega el resto.

—Hola chicas. — saluda Mariana sentándose.

Marcos entra de la mano de una pelinegra,miro con curiosidad hasta que la suelta y pasa a la tarima.

Una bailarina

—¿Elegiste algo hoy? — le pregunté a Penélope mirando a la pelinegra que bailaba en el tubo.

—Nah, no tengo ganas. — prendió un cigarro y le dió la primera calada soltando el humo despacio. — No me mires así.

Nos reímos, sabíamos que al final de la noche ella estaría con alguien si o si.
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Nota:

Lo hice lo mejor que pude, nueva versión, porque ya no me gustaba mi libro y no llegaba a entender, como yo había escrito eso.

Lo siento si ya no les gusta.

Mar 🍂🦔