info: Cuando Sasha y Robin pasan por una ruptura fea, solo puede terminar de una manera.
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—¿Desde cuándo te has sentido así?
—¿Qué quieres decir?
—Bueno, ¿desde cuándo has pensado en romper?
Él había cambiado. Tanto tú como Robin habían cambiado durante sus años juntos. Y cuando finalmente fue seleccionado para jugar con el primer equipo de la Real Sociedad, fue cuando realmente se distanciaron.
—Te engañé, Robin. ¿No es esa una razón suficiente para romper?
No fue tu mejor momento, y en tu defensa, estabas borracha y triste en tu cumpleaños. Tu cumpleaños, que Robin olvidó. Enredarte con su compañero de equipo fue el mayor error de tu vida. Sin embargo, reconocerlo era lo correcto.
—Cometiste un error, Sasha. No hay razón para que nosotros...
—¡Pero tú no me quieres, Robin!
La habitación quedó en silencio. Robin estaba sentado frente a ti en una silla mientras tú estabas en la cama, con los brazos alrededor de tus piernas. Parecía pensar cuidadosamente en qué decir a continuación, sin querer perder el control. Pero por una vez, ¿por qué no podía simplemente perder el control?
—No me quieres, Robin. Al menos no como me querías antes.
—No estoy seguro. ¿Qué quieres decir?
—Sexo, Robin. Ya no follamos.
Sus ojos se abrieron, un ligero rubor en sus mejillas.
—Y pasan días sin que me beses. ¿Sabes cómo me hace sentir no ser tocada? Me hace sentir asquerosa y no deseada. Tú me haces sentir asquerosa y no deseada, Robin.
—¿Así que me engañaste? —Se levantó. Robin se levantó pero no parecía saber exactamente a dónde ir.
—Sí, te engañé. Fue un error, pero...
—¿Con quién? —Se quedó mirándote como el ser despreciable que eras.
—¿Qué importa, Robin? Lo hecho, hecho está.
—Me dijiste que fue con uno de mis compañeros de equipo. ¿Pero con quién exactamente?
Negaste con la cabeza. —No importa.
—Para mí sí importa. ¡DIME QUIÉN!
Te estremeciste, el movimiento sacudiendo el colchón debajo de ti. —Robin. —Te levantaste, acercándote a él lentamente.
—Aléjate. —Sacudió la cabeza. —¡Aléjate de mí!
Era inevitable. Desde los altibajos de enamorarse hasta los bajos de desenamorarse, tu relación en algún momento se volvió tóxica. Tan tóxica como podía ser cuando no había placer involucrado.
