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Sentado en uno de los sofás se encontraba un ansioso Osvaldo, ansioso porque aún no sabía que le diría exactamente al más alto, ¿Se tenía que disculpar? Pensándolo bien. No tenía de que disculparse, después de todo no había hecho nada malo.
¿Verdad?
Absoto en sus pensamientos fue interrumpido por tres repetidos golpes en la madera de la puerta.
Rápidamente se levantó de donde anteriormente se encontraba sentado y prácticamente corrió a abrir la puerta.
― Plex... ― Pronunció el más bajo casi en un susurro al verlo cara a cara después de tres días siendo ignorado.
― ¿De qué exactamente querías hablar, Osvaldo? ― El español ni siquiera le dirigió el saludo yendo directamente al grano.
El de lentes tragó seco ante aquella forma tan distante de responder. ― Eh... ¿Quieres pasar? Así hablam... ―
― No. ― Fue interrumpido por un ya bastante molesto Plex. ― Mira, estoy harto. Harto de que hables de ella, harto de oír su nombre que- ¡Ugh! ― Protestó frustrado Plex.
Mariana no tardó en salir a la defensiva. Enarcó una ceja confundido por la agresividad de su amigo. ― No entiendo, ¿Acaso te hizo algo como para que te pongas así? ― Contraatacó. ― ¡Es mi novia Plex y la amo! ¡Entiéndelo! ―
Al terminar de hablar se mordió la lengua desendo haber pensado dos veces antes de haberlo soltado así como así.
Plex no se inmutó, lo miró con frialdad. Mariana podría jurar que el brillo de esos ojos que tanto le gustaban se esfumó en cuestión de segundos. Después de un silencio incómodo el más bajo pudo ver como su contrario bajaba su mirada al piso tal como si no quisiera que lo vea.
― Justamente ese es el problema. No te preocupes Valdo... ya lo entendí, disculpa el malentendido.― Aquello último salió casi en un susurro.
― No, no, Daniel yo no qu-... ― No pudo continuar al ver como una lágrima resbalaba por una de las mejillas del más alto, para seguido verlo dar media vuelta y marcharse hacía el ascensor en el fondo del largo pasillo del piso del hotel.
Miraba la figura del más alto desvanecerse a medida que se alejaba más y más.
Su mente insistía en ir tras él lo más rápido posible, pero simplemente sus piernas no respondían. Se quedó ahí parado, estático en la puerta, con un nudo en su garganta, sintiendo un profundo y gran vacío.
Pasaron minutos con Osvaldo parado aún en el mismo lugar en su debate mental sobre que hacer, había tomado una desición.
Tensó su mandíbula y apretó ambos puños reemplazando el sentimiento de culpabilidad por enojo. ― De todas formas no te necesito. ― Habló hacía la nada puesto que Plex se había marchado por completo. ― Stephanie de todas formas estará ahí para mí. ― Dijo para si mismo antes de cerrar la puerta de su habitación de un portazo.
Ah, sí, otra vez estaba hablando de ella.
...
La mente de Plex estaba en blanco, ni siquiera quiso pensar en lo recientemente ocurrido, quería olvidarse del mexicano. Suspiró pesado mientras iba camino a casa, después de todo dentro de 5 días tendría algo de paz mental cuando el combate se haya dado.
Sin embargo, mientras tanto no quería saber nada de Mariana, aunque no fuese algo muy maduro de su parte bloquearlo y dar unfollow en toda red social existente, el consideró que fue por su salud mental.
Era sabido que no iban a tardar en armar un escándalo ambas comunidades de los dos creadores de contenido ante los hechos ocurridos.
Y así fue.
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Al cabo de tan solo una hora la cantidad de visualizaciones y comentarios era gigantezca para ser una cuenta fan y esa publicación solo fue una de las tantas que ahora le aparecían cada que actualizaba au feed.
Miraba con disgusto la pantalla de su celular. ― Joder... Que pesada que es la gente, como si fuese a pasar algo por dar unfollow a alguien. ― Plex dijo para si mismo mientras tironeaba de su cabello en señal de clara frustración.
Y por supuesto, tampoco tardaron en llegar mensajes directos de varios creadores de contenido preguntándole acerca de lo sucedido.
― Tanto escándalo solo por dejarlo de seguir... ― Siguió el español hablando solo, su frustración solo crecía y crecía al ver como todo se viralizaba.
Hubo un momento en el que actualizó su feed y que sorpresa. Una foto de Mariana con la persona que más repudiaba, su novia. Se veían tan sonrientes juntos. ― ¿No se supone que te bloqueé? ― Habló mirando el aparato dándose cuenta que tan solo era una cuenta fan. ― Pff... Me estoy volviendo loco... ―
Plex tampoco supo en que momento termino con su rostro enterrado entre sus manos, ahora por sus mejillas sentía resbalar aquel ya familiar salado líquido, empapando sus mejillas con este, se sentía ridículo. Pero al final accedió a soltar todo aquello que tenía guardado y se permitió llorar todo lo que quiso, tanto que empezaba a sentir sus ojos arder.
A veces odiaba tanto el internet y la gente que había allí.
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Ay. Ya me puse sentimental.
La verdad si me gustó como quedó este capítulo.
Pero en fin, ojalá a ustedes les haya gustao'🧍🏻 Bai.
