La noche cada vez era mas tranquila. Y las bebidas empezaban a llenar la mesita del comedor donde conversaciones y risas se mezclaban entre los chicos. Era un ambiente agradable, además de acogedor. Cuando Gonzalo acabo de beberse su quinta cerveza, la situó en medio de la mesa, mientras gritaba: —Verdad o reto!—. Todos los presentes lo miraron con sorpresa, y rápidamente se incorporaron de forma que quedaban sentados de forma circular en medio de la sala.
Gonzalo sonreía, claramente animado por el alcohol y la emoción del momento. Iván y Rodrigo intercambiaron una mirada, cada uno con una mezcla de nerviosismo y emoción que trataban de ocultar.
¡Yo empiezo! — exclamó Gonzalo, girando la botella en el centro de la mesa. Todos observaron con expectación mientras la botella giraba y giraba hasta detenerse señalando a Germán.
Reto — dijo Germán sin dudar.
Gonzalo se rio y pensó por un momento. — Bien, Germán, te reto a que le llames a tu ex y le digas que todavía piensas en ella.
Germán rodó los ojos, pero sacó su teléfono, marcó el número y, ante la sorpresa de todos, dejó un mensaje en el buzón de voz cumpliendo el reto con una sonrisa sarcástica. Luego giró la botella, que esta vez apuntó a Tomás.
Verdad — respondió Tomás rápidamente, sin rodeos.
Germán lo miró con una ceja levantada. — Tomás, ¿qué es lo más vergonzoso que has hecho?
Tomás sonrió y miró a sus amigos. — Bueno, hubo un dia que en clase, Rodrigo me reto a gritar en medio de la clase de matemáticas y toda la clase se me quedo mirando en silencio. Pero eso fue hace tiempo — confesó mirando a Rodrigo, riéndose al unísono.
Iván se rio, pero por dentro sintió una punzada extraña, miró brevemente a Rodrigo, que también reía genuinamente al recordar aquel momento.
Tomás giró la botella nuevamente y esta vez le tocó a Rodrigo. Iván sintió su corazón latir más rápido, esperando con ansias la decisión de Rodrigo.
Reto — dijo el castaño, tratando de parecer seguro.
Gonzalo, que estaba más animado que nunca, dijo: —Rodrigo, te reto a besar a la persona que más te guste en esta habitación.
El corazón de Iván se aceleró y sintió que por un momento el tiempo se congelaba. Miró a Rodrigo, quien lo observaba con una mezcla de sorpresa y expectativa.
Todos tienen que cerrar los ojos. — comento picaronamente Carrera. Después de algunos quejidos y abucheos por parte del grupo. Río — ¡Así será mucho mas interesante!
Cuando verifico que todos sus amigos tenían los ojos cerrados. Miro a Iván, tenía el rostro relajado, mientras jugueteaba con sus manos tímidamente. Con un movimiento rápido, Rodrigo se movió lentamente hasta Iván, sintiendo temblar todo su cuerpo. Respiro con profundidad y suspiro.
¡KRAAAAAK!
¿Qué fue eso? — grito Gonzalo, levantándose rápidamente y dirigiéndose a la ventana mas próxima. Rodrigo aprovechó para incorporarse también, mientras disimulaba.
¡Dios mío, casi muero! —comentaba Germán, tocándose el corazón dramáticamente.
Parece que está diluviando... — seguía Tomás, mientras observa como los cristales empezaban a llenarse de gotas. Rápidamente su rostro cambio. — ¡El coche! Tenemos que irnos chicos si no llegaremos a casa en canoa.
Los tres empezaron a recoger sus cosas mientras apuradamente comentaban el trayecto que parecía mas corto para llegar a casa. Por otro lado, Iván seguía mirando la ventana, inmerso tanto en sus pensamientos que nadie podía pensar en que estaba tan concentrado. Rodrigo lo observaba de reojo, mientras ayudaba a sus amigos a agarrar todas sus cosas.
Después de algunos otros relámpagos que iluminaban todo el cielo, Germán, Tomás y Gonzalo se despidieron cálidamente de sus amigos, prometiendo volver a verse muy pronto. Rodrigo cerro la puerta, suspirando pesadamente, observando como Iván se sentaba en el sofá con un rostro serio, pensativo.
El mas bajo se sentó al lado del azabache, sintiendo temblar sus piernas.
Rodri —menciono, Iván sin mover el rostro, mirando todavía fijamente de frente. — ¿A quién ibas a besar?
El castaño soltó una risa por debajo la nariz, viendo que Iván tenía las orejas rojas y seguía sin verlo a los ojos.
Buhaje. —dijo Rodrigo mientras le agarraba la cara, para poder verlo a los ojos. El mas alto, tembló ante el tacto del contrario. Carrera, sonreía con confianza. — Cierra los ojos.
Iván, dudo por un momento pero lentamente cerro los ojos. Su respiración sé acelero cuando sintió los labios del castaño, mucho mas cerca de él.
Rodrigo, por otro lado, analizaba cada una de las reacciones tan tiernas de Iván, mientras levante se inclinaba hacia él y lo besaba en los labios tiernamente. El mas alto, abrió los ojos. Los dos se quedaron en silencio, mirándose con el rostro pegado el uno del otro, sonriendo.
Esta vez, Iván, agarro el rostro del mas bajo por las mejillas y lo beso profundamente, agarrando al castaño por sorpresa, pero rápidamente adaptándose al ritmo del beso. Rodrigo aprovechó para subirse a las piernas de Iván y tocar todo su cuerpo mientras lo besaba. El mas alto, aprovecho el calor del momento para bear el cuello de Carrera, mientras el otro no podría evitar retorcerse de placer. Volvió a besarlo en los labios, apasionadamente, separándose lentamente. Se miraron a los ojos que brillaban tanto que iluminarían la sala mas oscura. Escuchaban en silencio la respiración agitada del otro mientras la lluvia resonaba en los cristales. Sonrieron, rieron y se abrazaron cálidamente por tanto tiempo que se quedaron dormidos.
ESTÁS LEYENDO
roomies - rodrivan
Romancerodrigo e iván llevan siendo mejores amigos desde siempre, pero ahora que viven juntos la tensión y conexión entre ambos es mucho mas presente. ¿serán capaces de aguantarse en secreto las ganas que se tienen?