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☾ Capítulo 03; Episodios de violencia ☽

Huaisang recuerda poco de su infancia, algunas escenas de la sonrisa de su padre y la voz de su madre.

—Dulce bebé, te mereces el mundo —había dicho ella una vez.

Como cualquier mujer tocada por la maternidad, sus hijos eran especiales a sus ojos. Ella había sido una mujer delicada y frágil, pero de la misma manera gélida en la que los copos de nieve de Qinghe lo eran.

Había atrapado la mirada de el líder de secta y la esposa de este con sus ojos desafiantes y porte inalcanzable.

Su ternura estaba reservada únicamente para su familia, sus esposos y sus hijos.

Esa ternura estaba escondida detrás de una lealtad inquebrantable y una feroz posesividad. Huaisang había heredado eso de su madre y Mingjue siempre había sido el foco de esta atención, más aún luego de la muerte de sus padres.

Su hermano mayor siempre había estado ahí para él, solo que las cosas habían cambiado lentamente y en algún punto, el Mingjue que le regalaba pinceles, le despertaba por la mañana suavemente y era cómplice en sus travesuras era más que nada un recuerdo.

Con la temprana muerte de su padre, las responsabilidades de la secta crearon una distancia entre Huaisang y Mingjue que Huaisang no sabía cómo acortar, pues en las ocasiones en las que lo había intentado terminaba regañado o enojado con su hermano.

A Huaisang nunca le había importado mucho la cultivación, pero especialmente con el cambio de su hermano mayor tras la muerte su padre buscó evitarla. Había visto lo que le había hecho a su padre y quería permanecer lo más posible con su hermano. Si era un inútil Mingjue tendría que estar ahí para protegerlo, como siempre lo había hecho.

Pero su hermano era aún más terco, pronto llegó el momento en el que le mandó por primera vez a la secta Lan a aprender de Lan Qiren.

Las clases habían sido horribles, pero lo que más le había costado era estar lejos de su hermano. El cambio se había sentido muy repentino y Huaisang se había sentido herido por la decisión de su hermano.

Aún así, lejos de estudiar, había dedicado mucho de su tiempo a pintar abanicos y observar pájaros. Obviamente no pasó el curso y cuando regresó ese fue tema de discusión.

—¡Huaisang! —había gritado Mingjue al leer la carta con sus resultados.

Huisang había rodado los ojos y se había tirado en su cama con toda la intención de evadir el regaño.

Intentó evadir el regaño, pero el regaño no lo evadió a él así que terminó volviendo a la secta Lan el siguiente año. La diferencia fue que esta vez, en lugar de lágrimas y "¡dageee!"s, había una mirada fría y ademanes llenos de indiferencia.

Esta vez, como la anterior, fue capaz de notar con satisfacción la culpa en la expresión de su hermano. Pero Huaisang también podía ser terco.

Aunque había sido divertido con Wei Wuxian y Jiang Cheng, sí se había esforzado por tan siquiera pasar. No permitiría que Mingjue lo volviera a mandar a tomar clases con Lan Qiren.

Fue en durante este año que compró por primera vez ilustraciones +18. sin darse cuenta, esto abrió un panorama completamente distinto de la vida para él.

Ya sabía que era capaz de apreciar de una manera distinta a ciertos hombres, como Lan Xichen, cuya atención siempre le habían hecho sonrojar, o Jiang Cheng, cuya ferocidad le parecía agradable de presenciar, pero este contenido le permitió entender de una manera más profunda lo que sentía e implicaba la sexualidad.

También le hizo mirar con sospecha las interacciones de Wei Wuxian con Lan Wangji, pero ese era otro tema.

Cambiaron los ojos con los que miró a su hermano al regresar a Qinghe. No fue un cambio monumental, no. Al inicio solo notaba pequeños detalles acerca de el hombre, como la forma en que su cuerpo encajaba con el del otro al abrazarlo.

A Huaisang le gustaba pensar que su hermano le había extrañado con la misma intensidad, porque si bien su relación no era la misma y estaba fracturada por años de discusiones y peleas, Mingjue no renegaba cuando se acostaba con él a dormir en las noches, alegando que había tenido una pesadilla o algo por el estilo, especialmente después del episodio con los wen, en el que se encontraron con la tortuga malvada y todo eso.

Aunque prefería parecer tonto, para evitar responsabilidades, Huaisang entendía de política y por ello la llegada de la guerra no le sorprendió, pero si le llenó de un frío terror por su hermano.

Al final no había importado que no tuviera que volver a clases, porque su hermano se iría.

¿Qué sería de él si Mingjue no volvía?

Sabía que no había esperanza en querer que su hermano no fuera a la guerra, cuando él probablemente sería la cabeza de la misma. Después de todo, Wen Ruohan había sido quien había empujado al final a su padre.

Por más insistente que fuera con respecto a su entrenamiento, Mingjue había mencionado absolutamente nada acerca de su participación en la guerra. Más bien había pretendido que se necesitaba a alguien que cuidara la secta en lo que él no estaba y que esa sería la labor de Huaisang. Por supuesto, todos sabían que la verdad de eso era que Huaisang era lo más preciado en su corazón y que el orden de las cosas era al revés.

Aunque le preocupaba el resultado de la guerra, Huaisang no quería participar en ella. Disfrutaría la paz cuando llegara y se sentía culpable al respecto, pero aún así no intentó ser parte de ella. En su lugar esperaba con ansiedad noticias de su hermano y se ocupaba de los asuntos administrativos de la secta Nie.

Como cualquier heredero de secta, había tenido clases al respecto, pero el tiempo de guerra le permitió poner en práctica sus conocimientos e ideas. Y se esforzó, de hecho, porque sabía que mientras más recursos tuviera su hermano disponibles, más ventaja probablemente tenía.

Buscó continuar el reclutamiento de gente nueva y aunque algunas veces se sentaba en las bancas del área de entrenamiento con su abanico, se aseguraba de que todos entrenaran arduamente, con la esperanza de que hubiera más cultivadores disponibles en caso de que fuera necesario y que los que estaban ya en el campo pudieran regresar sin perder su vida pero tampoco afectando a su hermano.

Buscó continuamente cuidar las alianzas comerciales de la secta, pues sabía que si había algo que florecía en tiempos de guerra, era el dinero.

Y sus esfuerzos le permitieron pensar en otra cosa que no fuera el sable ensangrentado de su hermano.

Y sus esfuerzos le permitieron pensar en otra cosa que no fuera el sable ensangrentado de su hermano

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—dwarfstar.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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