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03 | Maldita Noche.

Enero 2017.

El cielo de Calchín estaba siendo iluminado con los últimos fuegos artificiales ruidosos y coloridos de la noche. Un nuevo año había comenzado hace una hora y media, cómo todos dicen: Era la primera página de las trescientas sesenta y cinco que debían escribir en este libro titulado '2017'.

Cada persona presente en el enorme patio trasero de la casa de Agustina sonreía y bailaba al ritmo de la cumbia que resonaba a través del parlante. Tanto los padres de Julian cómo los padres de Agustina reían a carcajadas al intentar coordinar más de tres pasos, habían consumido el alcohol suficiente para encontrarse en un estado de felicidad plena.

Los abuelos Romero se encontraban tomando su copa de champagne y Agustina estaba sentada a su lado, viendo cómo Bautista y los hermanos Alvarez se preparaban para irse a la casa de unos amigos. La chica los envidiaba un poco, ella también quería largarse de su casa luego de las doce de la noche e irse con sus amigas de festejo.

Se aburría cuándo no quedaba nadie de su edad a su alrededor, amaba estar con su familia pero la pasaba mejor cuándo tenía con quién hablar de ciertos temas que con sus tíos o padres no podía.

—Quiero salir—Se quejó en voz baja, sin que nadie la escuche.

La idea fugaz de llamar a Milena y escapar de su casa para ir al mismo lugar que su hermano y Julian se cruzó por su cabeza. Sabía que iban a una fiesta a unas cuadras de aquí y que habría gente que le doblaba la edad, pero realmente no le importaba. Sólo quería divertirse, no le agradaba la idea de quedarse sentada en el patio de la casa, sola.

No iba a pasarles nada, Calchín era un pueblo chico en dónde se conocían todos. Lo más grave que podía suceder, sería dentro de su casa: la retarían por escaparse y le sacarían sus salidas de la semana. Pero nada más.

Segura de haber tomado una decisión correcta -aunque no lo era, nunca tomaba buenas decisiones-, sostuvo el celular entre sus manos y le envió un mensaje a su mejor amiga, sabiendo que le respondería en menos de un minuto. Estaba casi segura de que se encontraba igual de aburrida y fastidiosa que ella.

El teléfono comenzó a vibrar en su mano, notificándole que Milena la estaba llamando. Así que se levantó rápido de la silla y se adentró en su casa para poder escuchar lo que su amiga le diría -el griterío y la música estaba tan fuerte que no escuchaba ni su propia voz-.

—Mile—Agustina contestó—¿Estás para ir?—Cuestionó ansiosa, queriendo recibir una afirmación como respuesta. Su mejor amiga vivía a una cuadra de su casa, no había mucha demora ni problema.

—En cinco minutos estoy ahí—Agustina sonrió, sintiéndose victoriosa. Milena siempre la seguía en cada cosa que queria hacer, al igual que ella lo hacía.

—Te espero.

—Mientras ponete linda, tenemos un novio que encontrar—Milena se rió al otro lado de la linea luego de decir aquello.

—¡Si!—Agustina asintió también riendo—¡Ah! ¡Y feliz año!—La morocha saludó antes de cortar la llamada.

Agustina se tomó su tiempo -el poco que tenía- para cambiarse sus zapatos por unos más altos y para retocar su maquillaje, aplicándose más mascara de pestañas y pintándose los labios con un tono bordo oscuro. Estaba preciosa, se sentía preciosa.

El teléfono vibró a su lado, el mensaje de Milena avisando que había llegado la hizo mirarse por última vez en el espejo y bajar las escaleras de dos en dos. Luego de responderle a su amiga pidiéndole que la espere en la entrada, se encaminó hacía sus abuelos nuevamente.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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