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- Buenos días Tsukkii - Exclame muy animada mientras me acercaba a su lado.
- Pero miren nada más, si la pequeña ya despertó - Una sonrisa burlona apareció entre sus labios mientras me acariciaba el cabello.
- ¡QUE MIDO UNO SETENTA!
- ¡SIGUES SIENDO PEQUEÑA IGUAL!
- ¡NO ES MI CULPA QUE TU SEAS UNA JIRAFA CON GAFAS!
- ¡Dejen de gritar que van a despertar a los vecinos!
- Perdón Tashi - Susurramos a la vez.
El sol de la mañana se filtraba entre las ramas de los cerezos en flor mientras que yo, Tashi y Tsukki caminábamos juntos hacia la preparatoria.
El aire fresco de abril jugueteaba con la cabellera rubia de mi alto amigo, cuyo rostro tenía una muy leve sonrisa. Tashi y Tsukki, intercambiaban algunas bromas o datos sobre algunos jugadores famosos en Japón.
Yo solamente me dedicaba a escucharlos, es muy difícil que Tsukki este de tan buen humor y más por la mañana.
Y sinceramente no me molestaba solo escucharlos hablar.
- ¿Ya viste los pronósticos del tiempo para hoy? - Preguntó Tsukki, ajustando sus gafas con un dedo.
- Creo que tendremos un día perfecto - Respondí por mi mellizo, echando un vistazo al cielo azul salpicado de nubes blancas como algodón.
- Ojalá todos los días fueran así de tranquilos - Suspiró Tashi mientras continuaban caminando.
- Tranquilo hermanito, tengo un muy buen presentimiento de este año - Anime un poco.
- Dices eso casi todos los años pequeña pulga - Dijo con obviedad Tsukki.
- Y ¿Me he equivocado? - Copie su mismo todo de voz.
Lo único que recibí en respuesta fue un leve chasquido de lengua.
El resto de la caminata fue silenciosa, pero demasiado cómoda para los tres. Mi mellizo veía todo el camino con emoción y asombro, Tsukki estaba escuchando música y yo solo estaba intentando no tropezar en el camino.
Todavía sigo siendo muy torpe para mis cosas.
Al cabo de unos minutos nos encontrábamos ya los tres fuera de la preparatoria. Mi hermano dio un suspiro al igual que Tsukki.
- ¡Animo chicos! - Di un salto para poder colgarme de los hombros de los chicos, quedando yo al medio y en el aire.
- Ya bájate pulga saltarina - Reclamó el poste de luz.
- Te puedes caer Aiko - Recrimino ahora mi mellizo.
- Sea lo que pase este año ¡LOS QUIERO DEMASIADO! - Dije juntando nuestras caras y abrazándolos más fuerte.
