𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟹

30 9 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mi hombro chocó con la puerta del salón un poco fuerte, haciendo que los pocos que estaban presentes, se giraran a mirarme, aguantándose la risa.

- ¿Nunca han visto a alguien entrar a un salón de clases o qué? - Pronuncie tajante y directa con mis palabras.

De paso sobe un poco mi hombro adolorido. 

Muchos me miraron sorprendidos, no es normal que una muchacha sea un poco brusca con las palabras. Cosa que me daba igual.

Divise que Tashi estaba sentado en la mesa de Tsukki y que el rubio estaba sentado en su puesto. Ambos me miraron atentamente.

Yo solo atiné a seguir mi camino y esconderme en el pecho de Tashi.

Claro que quería llorar. Muchas emociones para mi cuerpo por un día. Aiko Yamaguchi ya necesita vacaciones.

- Pequeña, ¿Qué pasó? - Mi mellizo pregunto, mientras me rodeaba con sus brazos.

- ¿Alguien te hizo algo? - Escuche la voz de Tsukki.

Yo solo negué con la cabeza y me escondí en el cuello de mi hermanito.

- Oye ¿Qué pasa? - Pregunto nuevamente mi mellizo.

Rompió el abrazo y tomo mi cara entre sus manos.

- E- Es que este año no hay club femenino de voleibol - Comenté en un susurro.

- Uff, pensé que te habían hecho algo feo, hermanita... Tú ya tenías ese presentimiento, Pequeña ¿Por qué te siente igualmente mal?

- Porque, en el fondo ella pensó que el club estaría de pie este año, Tashi. - Respondió con un poco de obviedad el gigante, que ahora estaba al lado de Tashi.

- Ouh, bueno eso explica muchas cosas.

- Ya no importa - Respondí, sacando las manos de mi mellizo - En otro momento se dará - Dije intentando sonar tranquila.

- Mmmh.

Gire mi cabeza para ver a Tsukki, quien tenía un dedo sobre su mentón, pensando algo, creo.

- No nos puedes mentir, Pulga sabemos que te afecta.

- A si es hermanita, pero veamos el lado bueno ¿No? ¡Ahora podrás ser nuestra manager!

- ¡¿Ya entraron al club?! - Exclamé emocionada - ¡Les dije que ustedes podrían!

Abracé a mi mellizo con mucha emoción y repetí la misma acción con Tsukki.

- ¿Les parece comer el bento juntos? - Pregunto mi hermano, después de que yo me separara del rubio.

- Claro Yamaguchi, Mayor.

Los tres juntamos nuestras mesas y nos dedicamos a comer, mientras comentábamos algunas anécdotas de cuando estábamos pequeños.

Como cuando le regalamos un peluche de dinosaurio gigante a Tsukki y él se puso a llorar, o cuando yo me puse a pelear con una niña que le había robado unas galletas a mi hermanito.

ʟᴜᴄɪᴇʀɴᴀɢᴀꜱ... (ᴋᴇɪ ᴛꜱᴜᴋɪꜱʜɪᴍᴀ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora