𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

10 0 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ciudad de México por la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ciudad de México por la noche.

Un grupo de adolescentes había ocultado de manera exitosa su presencia de los guardias de seguridad. Las linternas de sus celulares eran su más fiel apoyo para llegar a su destino; la tercera sección.

Fueron cautelosos, pues desconocían si por las noches había patrullaje por la zona. Al llegar se instalaron en una de las tantas construcciones del parque, pusieron ambiente, y se relajaron para comenzar a consumir una que otra sustancia ilícita. Las risas no tardaron en salir, se estaban divirtiendo con esta nueva experiencia, la vista del cielo nocturno era completamente hermosa, y la ligera música brindaba la vibra correcta. 

Uno que otro ruido resonaba en alguna parte de su alrededor, haciendo que los adolescentes se alertaran ligeramente, pero entre risas y bromas le restaban importancia, pues probablemente era alguna rata o animal, y siguieron en lo suyo.

Al poco tiempo las pequeñas botellas de alcohol comenzaban a terminarse, al igual que la botana. Unas cuantas horas habían pasado desde que estaban ahí. La mayoría del grupo estaba balbuceando, o en el suelo a causa del alcohol.

Hasta que el mismo ruido comenzó a sonar, ahora un poco más cerca de ellos.

Se les hizo extraño, pero de nuevo decidieron no darle importancia, excepto por la persona más sobria del grupo que comenzó a prestar atención a su entorno para descubrir el orígen del ruido.

Por tercera vez, el ruido hizo acto de presencia pero de manera diferente pues tuvo una duración prolongada y un volumen considerablemente cerca haciendo que el grupo se a pusiera alerta.

El miedo hizo que los efectos de las sustancias abandonaran rápidamente su sistema, y comenzaron a debatir si debían investigar el orígen o irse en caso de ser un guardia de seguridad, pero esto último era imposible pues un guardia no haría tal acción para sacarlos del lugar sino que directamente los aprendería.

Antes de que pudieran llegar a un acuerdo, comenzaron una serie de ruidos contínuos. Sonaban cada vez más fuertes y largos

Sonaba como... El raspar de algo filoso contra la pared.

Tenían un mal presentimiento y los nervios de punta, cosa que los hizo recoger con nerviosismo sus cosas para irse, hasta que el ruido cambió.

Ahora se escuchaba claramente el raspar del acero entre sí, como si quisieran afiliarlo cuál cuchillo, haciendo que todos quedaran congelados por el miedo pues el ruido se escuchaba frente a ellos, justo frente a un cuarto oscuro.

Cada vez estaba más cerca, podían sentirlo. Los jóvenes no esperaron a ver qué o quién producía el sonido, simplemente tomaron lo que pudieron recoger de sus cosas y comenzaron a correr por dónde llegaron. A los pocos segundos alguien comenzó a perseguirlos mientras carcajeaba de manera siniestra y eufórica.

Los pobres chicos gritaron y aceleraron el paso lo más que sus piernas les permitían. Desesperados, llorando y temiendo por su vida no miraron atrás ni por error, corrieron en linea recta hasta que el camino los cruzó con la barda que protegía el bosque. La brincaron rápidamente ayudándose entre sí, y una vez fuera pudieron respirar, pues ya no se escuchaba nada y estaban bajo la parpadeante luz de una farola sobre la acera.

Era la primera vez que un loco los perseguía, y quien sabe con qué intenciones...

Algunos lloraban, otros estaban en shock y unos cuantos se preguntaban ¿Qué verga era lo que los persiguió?... Pero todos estaban de acuerdo con una cosa: Jamás volver a ese lugar de noche.

 Pero todos estaban de acuerdo con una cosa: Jamás volver a ese lugar de noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las semanas pasaron, y las situaciones se repetían:

Un grupo de adolescentes entraban de noche al lugar, pasaban un par de horas ahí y poco después comenzaban a ocurrir cosas a su alrededor que los hacían huir.

Entonces una creciente leyenda urbana comenzó a correr entre unos pocos fanáticos del Skate y los aficionados a las explotaciones urbanas:

"ALGO o ALGUIEN habitaba por los alrededores del Skatepark de la 3ra sección de Chapultepec."

"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐅𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐲 || 𝐓𝐢𝐜𝐜𝐢 𝐓𝐨𝐛𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora