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—Primero debes intentar entablar una conversación con el, y no Draco, insultarlo a el l a sus amigos no cuenta como una—Dijo la pelinegra mientras se miraba sus uñas, a lo que el rubio asintio ante lo dicho de ella y empezó a anotar en su pergamino.

—Entablar una conversación con el, insultos no cuentan... —Repitió lentamente lo que había dicho su amiga, anotandolo en el pergamino mientras sacaba la lengua por la concentración.

—Gracias Pansy, intentaré entablar una conversación con el, ya vengo, luego te cuento que paso —El rubio le dió una sonrisa radiante y salió corriendo de la sala común para ir a buscar a Potter.

Parkinson solo rio mientras agachaba la cabeza, tan rápido crecen los niños.

















No había sido tan difícil encontrar a Potter, pues esté se encontraba sentado en el comedor, en la mesa de su casa.

El platinado suspiro con nervios y le pidió ayuda a Dios antes de ir con el.

Camino lentamente y de pronto, un silencio se instaló en todo el comedor, pues no podían creer lo que estaban viendo.

—Hola —Harry se giro al escuchar una voz levemente conocida y levantó las cejas al ver a Malfoy parado enfrente suyo.

Frunció el ceño levemente, ¿Que hacía el Slytherin ahí?

—¿Hola? —Potter levanto levemente una ceja al ver las mejillas sonrosadas del contrario, sintió algo en su pecho al ver eso pero decidió ignorarlo.

—¿Que haces? —Le pregunto con un poco de nervios, Potter se veía tan jodidamente atractivo de cerca y su voz era sumamente ronca.

—Emm, estudio para pociones, ¿Por qué? —Respondió mirando su libro y luego devolviendo la mirada hacia Draco.

—Por nada, solo curiosidad —Dijo con una leve sonrisa, balbuceo un poco para después salir corriendo del comedor.

Harry no podía creer lo que había pasado, ¿Malfoy le había hablado? Frunció levemente el ceño, después decidió hacer caso omiso ante ello y siguió leyendo.

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