Code Fenix Marius Revelion

12 1 0
                                    

Code Fenix Marius Revelion

En una pequeña aldea al norte de lo que más tarde se conocería como Alemania, el año transcurría entre inviernos crueles y veranos breves. La cabaña de los Rierhelm, hecha de madera y piedra, permanecía apartada del bullicio de la aldea cercana. En su interior, un llanto resonaba entre las paredes de madera, marcando el nacimiento de Marius Rierhelm.

Su madre, Freya, jadeaba con esfuerzo mientras el pequeño cuerpo de Marius descansaba en sus brazos. Ella era una mujer de aspecto fuerte, de cabello largo y negro como la noche, sus ojos brillaban con una intensidad sobrenatural que solo los suyos podían entender. Con una sonrisa de cansancio y ternura, acarició la cabeza del recién nacido, sintiendo en su ser algo distinto en él, algo poderoso.

A un lado, en las sombras del hogar, se encontraba Ulric, el padre de Marius. Un hombre de gran tamaño, de hombros anchos y piel curtida por las batallas y el tiempo. Su rostro, severo y lleno de cicatrices, mostraba una mezcla de orgullo y cautela al observar al niño. Él sabía, en lo más profundo, que su hijo no era un lycan cualquiera.

Ulric: (con voz grave, pero emocionada)
"Este niño... este pequeño no es como los demás, Freya. Lo siento en mis huesos. Es fuerte, más fuerte de lo que fui yo alguna vez."

Freya lo miró, sin dejar de sonreír.

Freya: (susurrando suavemente)
"Lo sé, Ulric. Lo sentí desde el momento en que creció en mi vientre. Marius... nuestro hijo está destinado a cambiarlo todo."

Ulric caminó hacia ellos, su sombra cubriendo el pequeño cuerpo del niño. Su mirada se posó en Marius, quien, con solo unas horas de vida, parecía más alerta de lo que un recién nacido debería estar. Sus ojos pequeños pero brillantes lo miraban directamente, como si entendiera el peso de las palabras de su padre.

Ulric: (con convicción)
"Lo que lleva dentro... es una fuerza que no hemos visto en generaciones. Los vampiros y los nuestros han mantenido un equilibrio durante siglos, pero con él... con Marius... ese equilibrio podría romperse. Quizás sea nuestro destino, Freya. Quizás sea el elegido para llevarnos a la cima, para devolvernos la gloria que los nuestros han perdido."

Freya asintió lentamente, su mirada profunda y protectora. A pesar del poder que emanaba de Marius, ella solo veía a su hijo, a su pequeño.

Freya: (con suavidad, mirando al bebé)
"Sea cual sea su destino, Ulric, será guiado por nosotros. Será fuerte, sí, pero también aprenderá la compasión y el amor que todo líder debe tener. No permitiremos que se pierda en las sombras de su poder."

Ulric se arrodilló junto a Freya, apoyando una mano grande y áspera sobre la cabecita de Marius. Sus ojos se endurecieron, no con rabia, sino con una determinación feroz.

Ulric: (resuelto)
"Marius... mi hijo, mi sangre... Un día, todo el mundo te temerá. No habrá criatura, ni vampiro ni lycan, que no conozca tu nombre."

El fuego de la chimenea crepitaba suavemente en la cabaña, y en ese momento, en el silencio que siguió a las palabras de Ulric, algo cambió en el aire. El destino se había fijado, el equilibrio entre los vampiros y lycans comenzaba a tambalearse, y aunque el mundo no lo sabía aún, el recién nacido Marius estaba destinado a convertirse en una leyenda, el ser más temido y respetado de todas las razas.

Freya acarició la mejilla de Ulric, susurrando en un tono casi inaudible.

Freya:
"Que los dioses lo guíen... y lo protejan de lo que vendrá."

Los dos se quedaron mirando al niño, sabiendo que su futuro no estaría exento de desafíos, pero también conscientes de que habían traído al mundo algo más grande que ellos mismos.

Code Fenix collectionWhere stories live. Discover now