UN TRÉBOL DE MALA SUERTE

-PAZ EN EL HIELO-

Evan se encontraba en el patio trasero, regando las plantas y disfrutando del cálido sol. Miró hacia la casa, donde Giselle y Silvia estaban conversando animadamente. Se veía que estaban en plena discusión sobre algún tema interesante, y Evan sintió una leve inquietud al pensar con quien de las dos debe seguir.

De repente, notó que Jazmín estaba sentada cerca, observándolo con atención. Se le acercó con una sonrisa en el rostro.

Evan: [Sonriendo y con un tono relajado] ¡Hola, Jazmín! ¿Cómo estás hoy?

Jazmín le devolvió la sonrisa y, con un gesto afectuoso, le dio un beso en la mejilla. Evan se sonrojó un poco y soltó una risa juguetona.

Evan: [Riendo] ¿Qué es todo este cariño? ¿Por qué me besas así?

Jazmín: [Con una sonrisa] Solo estaba saludándote.

Evan, aún algo sonrojado, volvió a mirar hacia la casa. Jazmín, notando su indecisión, se acercó y le mordió suavemente la oreja.

Jazmín: [Susurrando] ¿Qué pasa? ¿Estás dudando sobre con quién pasar el día?

Evan: [Con una ligera mueca de preocupación] Bueno, sí, en realidad estoy un poco indeciso. No sé si pasar el día con Giselle o con Silvia.

Jazmín: [Curiosa y con una expresión de comprensión] Entiendo. Es una decisión difícil. ¿Has pensado en por qué te sientes así?

Evan: [Frunciendo el ceño] No estoy seguro. Siento que debería seguir un orden, pero no sé si es lo correcto.

Jazmín: [Sonriendo y acercándose un poco más] Bueno, quizás podrías considerar cómo se siente cada una sobre pasar tiempo contigo. A veces, las cosas se resuelven solas cuando te das cuenta de las pequeñas señales.

Evan: [Interesado] ¿Qué quieres decir con señales?

Jazmín: [Con una sonrisa juguetona] Bueno, si no te has dado cuenta, has estado siguiendo el orden de cómo nos conociste sin darte cuenta.

Evan: [Pensativo] no me había dado cuenta. A ver, primero fui con luna, luego Estela, después con Flora, después Lin, luego tu y al final violeta. Tienes razón.

Jazmín: [Asintiendo con entusiasmo] ves te lo dije y si no mal recuerdo después de que conociste, conociste a Giselle. Así que ya sabes la respuesta.

Evan: [Riendo suavemente y con un toque de alivio] ¡Gracias, Jazmín! Me haces sentir que mi decisión tiene un poco más de sentido.

Jazmín: [Sonriendo tímidamente y acercándose] De nada. Me alegra poder ayudarte.

Evan: [Sonriendo y dándole un beso en la mejilla] Eres la mejor.

Jazmín se sonrojó profundamente ante el gesto y, nerviosa, bajó la mirada, pero no pudo evitar sonreír.

Jazmín : eres un tonto.... [sonriendo]

Evan entró a la casa, buscando con la vista a Giselle, pero no lograba encontrarla. Frunció el ceño y empezó a caminar por el pasillo con una ligera preocupación en el rostro. De repente, sintió un peso inesperado en su espalda y, antes de que pudiera reaccionar, Estela lo tumbó suavemente en el suelo.

Estela: [Sonriendo ampliamente mientras le daba besos en la mejilla] ¡Hola, Evan! ¡Qué alegría verte! ¿Qué estás buscando con tanto ímpetu?

Evan: [Riéndose y sintiéndose un poco sorprendido] ¡Hola, Estela! Estaba buscando a Giselle. No la encuentro por ninguna parte.

Estela: [Se aparta lentamente de él, con una sonrisa algo forzada] Oh, entiendo... Pues, probablemente Giselle esté en la heladería. Últimamente parece que prefiere trabajar allí en lugar de estar en casa.