-LA BELLEZA DE LA NATURALEZA-

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En la tranquila mañana siguiente, Flora, Estela y Luna se encontraban reunidas en la cocina, compartiendo risas y recuerdos del día anterior con Evan.
En ese momento, Lin entró a la cocina con su habitual calma y serenidad.

Lin: Buenos días, chicas. ¿De qué están hablando tan animadamente esta mañana?

Flora: [rápidamente cambia de tema] Oh, solo estábamos recordando algunas cosas graciosas de ayer. ¿Cómo amaneciste, Lin?

Lin: [sonriendo] Estoy bien, gracias. Flora, necesito hablar contigo un momento.

Flora: [atenta] Claro, Lin. ¿Qué sucede?

Lin:[Serena mente] Me pidieron que fuera a un pueblo cercano para ayudar con unos arreglos florales para la inauguración. Tendré que irme por el día.

Flora: [asiente] Entiendo. ¿Significa eso que debo encargarme del local nuevamente hoy?

Lin: [asiente] Sí, lo siento. Sé que ya te has estado ocupando mucho por aquí.

Flora: [con una sonrisa] No te preocupes, Lin. Estoy encantada de ayudar.

Lin: [agradecida] Gracias, Flora. Me alegra contar contigo.

Lin se retirara hacia la zona trasera de la casa para prepararse para su viaje. Mientras tanto, Evan estaba ocupado en la parte delantera de la casa, realizando algunas tareas cotidianas.


 Mientras tanto, Evan estaba ocupado en la parte delantera de la casa, realizando algunas tareas cotidianas

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Evan estaba completamente concentrado en su tarea de regar las plantas en el jardín delantero. De repente, tropezó con una manguera y cayó hacia atrás, justo en el momento en que Lin salía de la casa con una regadera llena de agua.

El repentino ruido y la caída hicieron que Lin se sobresaltara y, por instinto, levantó la regadera para protegerse, pero el agua terminó salpicando a Evan, quien yacía en el suelo con una expresión sorprendida.

Lin: [al armada] ¡Oh no! ¡Lo siento mucho, Evan! ¡No te vi ahí!

Evan: [tratando de contener la risa] No te preocupes, Lin. Solo fue un pequeño tropiezo. ¿Estás bien?

Lin: [preocupada] Sí, sí, estoy bien. Me asustaste mucho. No quise lanzarte agua, lo siento.

Evan: [riendo] No te preocupes, Lin. Fue mi culpa por no prestar atención.

Lin ayudó a Evan a levantarse del suelo, ambos riendo por el incidente. Evan estaba empapado pero de buen humor, y Lin se disculpaba repetidamente mientras lo ayudaba a secarse.

Lin: [sonriendo] De verdad, lo siento mucho, Evan.

Evan: [riéndose] Está bien, Lin. Al menos ahora sabemos que la regadera funciona bien.

Lin: [asiente] Sí, eso seguro.

Evan y Lin estaban en el jardín trasero, Lin regando las plantas mientras Evan la observaba con curiosidad. Después de un momento de silencio, Evan decidió romper el hielo.

UN TRÉBOL DE MALA SUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora