La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.
Una mañana aburrida se convirtió en toda una odisea, cuando Cuti descubre las shipp del Tottenham y en una de ellas se encuentra el y su compañero de trabajo.
Este descubrimiento no le va a gustar m...
Si alguien le hubiera dicho que, a partir de esa noche, terminaría estableciendo algo parecido a una amistad con el embajador, se habría reído en su cara.
Ahora, viéndolo jugar con su cachorro, le parecía una imagen muy surrealista. Sin embargo, prefería ignorar el hecho de que su hija estuviera tan unida a aquel alfa.
Desde un punto de vista positivo, había conseguido trabajo como traductor de Cristian, lo que le proporcionaba un sueldo digno para mudarse a un mejor departamento con su cachorro. La estabilidad económica era un alivio, pero la cercanía con Cristian traía consigo una mezcla de emociones que Heung-Min aún no sabía cómo manejar.
—Creo que tiene hambre —dijo Cristian, acercando a la pequeña mañosa a sus brazos—. Y no, no es una excusa para descansar un rato.
Heung-Min se acomodó en el sillón, seguido de cerca por el embajador, quien no perdió tiempo en revisar los correos en su celular.
La pequeña Min-ji, apenas su papá descubrió el pecho, comenzó a succionar desesperadamente.
Heung-Min soltó un gemido de dolor, atrayendo la mirada curiosa de Cristian, que quedó perdida en esa piel descubierta.
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—Esto no es posible —Sonny bloqueó el celular, indignado—. ¿De dónde sacan estas cosas? ¡Yo amamantando! ¡Por Dios! Que agradezcan que no les deje un comentario porque...
Sonny se paseaba de un lado a otro, echando humo. No podía concebir que se hubieran atrevido a escribir una escena así. Además, ¿por qué Cuti le miraría el pecho? Si ellos, a veces, en los vestuarios apenas usaban ropa interior.
Una vez que se calmó, se extrañó de que su amigo se mantuviera tan callado, no era propio de él.
—Hey, Cuti —le tiró de la oreja para hacerlo reaccionar—. ¿Ves por qué debes escucharme cuando te dije que no debías leer esto? No te preocupes, hay que olvidar esto y seguir adelante.
—Sonny
—¿Qué?
—¿A vos te sale leche? —preguntó de lo más casual, como si estuviera hablando del clima.
—¿Qué? ¡NOOO!
—Puedo...
—Ni se te ocurra, Cristian Romero —se cubrió con ambas manos el torso—. Vamos a dar por terminado este tema.
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