La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.
Una mañana aburrida se convirtió en toda una odisea, cuando Cuti descubre las shipp del Tottenham y en una de ellas se encuentra el y su compañero de trabajo.
Este descubrimiento no le va a gustar m...
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El omega lo miraba expectante con sus hermosos ojos violeta, su mirada suplicante era como un hechizo que atrapaba a Cristian, haciéndolo sentir un animal primitivo, uno que estaba listo para atacar.
L
as feromonas del Omega inundaban el espacio pequeño del departamento, envolviendo al Alfa en un aroma dulce y embriagador que nublaba su juicio.
Cristian intentaba resistirse, aferrarse a la poca cordura que le quedaba, pero cierta parte de su cuerpo parecia tener vida propia.
-Sonny- su voz se convirtió en un ronroneo cuando pronunció el nombre.
- Sera nuestro secreto- susurró el Omega, quien se iba acercándose peligrosamente al Alfa.
Cristian, sin necesitar otra invitación, con un movimiento brusco sujeto a Heung-Min de la cintura con ambas manos, atrayéndolo hacia si.
El beso comenzó con una intensidad feroz, como si ambos estuvieran probando los límites del otro. Cristian presionó sus labios con fuerza, buscando someter a Sonny, pero el omega no se dejaría vencer tan fácilmente.
A pesar de estar en celo, Heung-Min mantenía su determinación y respondía con igual fervor.
Sus lenguas se entrelazaron en una batalla silenciosa, cada uno luchando por el control. Cristian intentaba guiar el ritmo, pero Sonny, con una mezcla de desafío y deseo, se resistía, empujando de vuelta con la misma intensidad.
Cristian, sintiendo la resistencia de Heung-Min, aflojó ligeramente su agarre, permitiendo que el omega tomara la iniciativa por un momento.
A diferencia del Omega, al Alfa no le molestaría dejarse dominar, si con eso conseguía tener el coreano brincando encima suyo.
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_¿Que es esta mierda? – Los gritos de Sonny resonaron en la habitación, haciendo que Cristian casi dejara caer su celular- dame el celular que quiero dejarle un comentario… indignante.
Cristian se levanto de la cama, alejando su celular lo más lejos posible del “psicópata” de su amigo.
–¿Estás loco? Ni en pedo.
– ¿Por qué? Sonny frunció el ceño, claramente molesto.
–Me cae bien – Levantó los hombros tratando de parecer despreocupado. No iba a admitir que ya habia puteado a la autora anteriormente por el temita del “deleson”– ¡Pobre! Debe pasar horas corrigiendo un capítulo, me da pena.
