El mejor beso de mi vida
Axel
No podía quedarme, simplemente no pude quedarme para ver su reacción. Ya fue suficiente la ultima vez cuando estuvimos en el baño del restaurante, no dijo nada y prefirió quedarse callada, solo mirándome.
Está vez no quise averiguar si me iba a rechazar o mandarme al demonio de una vez.
Estoy cerrando la puerta de mi habitación, cuando veo una silueta en mi cama. Deseando que fuera Daphne que se haya arrepentido y entrado por la puerta trasera para sorprenderme, me acerco y prendo la luz de la lampara al lado de mi cama.
—¿Qué haces aquí? —pregunto tosco —te dije que no te quería volver a ver por aquí.
—Nos debemos una conversación.
Ella se recoge su melena roja y se sienta en la cama.
—Lárgate, yo no te debo nada. Lo único que quizás me debas, es una disculpa por tirar mi persona por el suelo.
—No me hagas reír —suelta una carcajada —Aquí el único que deshonro mi persona, fuiste tú. Aceptaste ser mi novio aun sabiendo que siempre te ha gustado otra.
—Si, me gusta otra, ¿Y qué? No por eso te puse los cuernos, Olivia. A pesar de todo y de que no te lo merecías, te respeté.
Abro la puerta de mi habitación otra vez y la empujo suavemente hacia la puerta, a pesar de lo mala persona que fue, sigue siendo una mujer.
—Sal de mi vida, y deja de rebajarte buscando la atención que no te daré y no mereces tener.
Agarro el telefonillo del pasillo y llamo a Consuelo.
—Dime querido.
Consuelo ha sido mi nana desde antes de nacer y mi familia y yo la tenemos en casa como un miembro más, aunque ella decida ayudar en casa.
—¿Puedes decirle a alguien que venga por la señorita que está en mi habitación? Ella ya se va.
—Claro que sí mi niño —escucho voces a su alrededor y vuelvo a escuchar su voz —La pequeña rubia de los Evans está aquí, te espera conmigo en la cocina.
Si vino. No pensé que lo haría. Humildemente, porque soy humilde cabe recalcar eso, pensé que se iría a dormir y no me dejaría verla nunca más.
—Gracias.
Miro a Olivia, y recuerdo todas las veces que seguro me vio la cara de idiota, pero ya no más. Abajo hay una chica que vino a buscarme porque necesita algo de mí, y no seré tan estúpido como para no averiguarlo.
Una de las chicas del servicio se lleva a Olivia y antes de que se vayan le digo que se la lleve por la puerta del jardín. No quiero problemas con mi rubia por culpa de ella.
—No esperaba que vinieras tan pronto.
Sigue vestida con la misma ropa que tenia hace un momento, solo que ahora un abrigo largo hasta los tobillos cubre su cuerpo.
—Dijiste que debía llamarte, pero no tengo tu número —me enseña su teléfono. Lo tomo y agrego mi número en el —¿Enserio?
—¿Qué? —sonrío inocente —es buen nombre.
—¿Por qué bestia?
—Porque siempre he creído que tu y yo nos veríamos como la bella y la bestia.
—Para eso tendrías que tener un palacio con una biblioteca —sonríe.
Amo como sonríe, es tan dulce y contagiosa. Me gusta también lo delicada que es, pero ya lo he mencionado tantas veces, y aun así no me canso de decir lo mucho que me encanta esta chica.

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Amándote a Escondidas © | En edición
RomanceDos adolescentes. Una supuesta rivalidad. Un amor a escondidas. Una chica amorosa y amante a la lectura. Un chico con el ego por el cielo y amante al deporte. Dos mundos completamente distintos. Dos familias, un secreto, una ¿infidelidad? •Daphne y...