📍𝑸𝒂𝒕𝒂𝒓, 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒅𝒊𝒐 𝒍𝒖𝒔𝒂𝒊𝒍
𝟐𝟔 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝟐𝟎𝟐𝟐El partido estaba a punto de comenzar en aquel imponente estadio. La selección mexicana se preparaba para enfrentarse ante Argentina en un partido por asegurar su lugar en los octavos de final del mundial.
Los nervios se apoderaban de cada jugador, tanto del equipo tricolor como del equipo sudamericano.
Los jugadores de la selección mexicana estaban especialmente inquietos. No era para menos: el Mundial era una de las competiciones más prestigiosas en el mundo del deporte, y era evidente que la selección albiceleste representaba un formidable rival, reconocido en todo el mundo por su calidad y renombre
Además, Argentina se perfilaba como uno de los principales favoritos para alzarse con la copa.
No resultaba sencillo soportar la presión de tener los ojos del mundo puestos en ti, ni la carga de la expectativa de enorgullecer o defraudar a tu gente
Claramente, para el portero era aún más difícil; él conocía a fondo a su afición y era consciente de que toda la responsabilidad y críticas recaerían sobre él si la selección no lograba salir victoriosa de ese encuentro, especialmente para él porque era el capitán de aquel equipo nacional
Guillermo sentía los nervios a flor de piel, pero al mismo tiempo confiaba plenamente en sí mismo. Había entrenado arduamente y tenía fe absoluta en sus habilidades y en lo que era capaz de lograr.
Aquel hombre se hallaba en los vestidores de su seleccion, apenas unos minutos antes del inicio del partido.
Su mirada estaba fija en el suelo, inmerso en sus pensamientos, ajeno a todo y a todos, aguardando las indicaciones para salir al campo y dar inicio al partido
Absorto en sus pensamientos, casi en su propio mundo, Guillermo percibió el sonido de la puerta del vestuario al abrirse bruscamente
Seguido del fuerte portazo, que hizo que el de rizos elevara su cabeza casi al instante y por memoria muscular, al vestidor entro un hombre de complexión media con cabello canoso y esa expresión seria e imponente que resultaba tan reconocible.
Se trataba del Gerardo Martino
En cuanto Gerardo, el director técnico del equipo mexicano, entró en el vestuario, todos los compañeros de equipo de Guillermo se dirigieron directamente hacia el mayor
Memo, indeciso sobre si unirse a sus compañeros, finalmente se levantó y se unió al grupo para escuchar las palabras del director técnico.
— Miren... No sé cómo tomarán esto, pero he estado dialogando con algunos directivos de la FIFA y hemos llegado a un acuerdo. —anunció el director, manteniendo su porte tan intimidante mientras todos escuchaban atentos, expectantes por las palabras de Martino.
— Saben que Argentina es un adversario muy querido. Este es el último Mundial para Lionel Messi... Los directivos proponen ceder y, a cambio, recibirán una compensación económica.
La expresión de inquietud se manifestó instantáneamente en el rostro de Guillermo, revelándose sin reservas ante todos. Aquellas palabras resonaron fuertemente en él.
¿Cómo era posible vender tu patria?
— El dinero ya ha sido depositado a sus cuentas bancarias...Pero aunque se hagan los guapos, no van a lograr nada; los árbitros también están arreglados. Y además, México no tiene chances contra la selección argentina.
Las cejas del portero se arquearon, denotando preocupación, mientras observaba cómo el director técnico se retiraba sin decir más. De fondo, apenas alcanzaba a escuchar a sus compañeros discutir sobre lo que Martino había mencionado hace unos cuantos segundos.
Guillermo era el capitán y sabía perfectamente que aquello estaba mal. Aunque no era la primera vez que presenciaba corrupción en el fútbol a lo largo de sus años como jugador profesional, esta vez por alguna razón lo desanimó profundamente.
De repente, uno de sus compañeros se plantó frente a él, Extendió su mano y la colocó con firmeza en el hombro del guardameta
— Memo, tú también vas a aceptar, ¿verdad? Total, no tenemos ninguna posibilidad contra Messi y los demás argentinos.
Herrera pronunció esas palabras con un gesto de curiosidad que se reflejaba en su rostro, acompañado de una sonrisa ligeramente burlona. El efecto que causó en Guillermo fue inmediato: una sensación gélida recorrió todo su cuerpo, dejándolo perturbado y lleno de inquietud ante lo que esas palabras insinuaban.
Las palabras del centrocampista fueron recibidas con risas aún más burlonas por parte de sus demás compañeros, quienes aguardaban una respuesta de Guillermo Ochoa. Esto provocó una notable expresión de enojo en el rostro del guardameta, quien frunció el ceño visiblemente molesto, mostrando su disgusto ante la situación.
Héctor soltó una carcajada al observar la expresión del contrario, y luego añadió unas palabras.
— Awww, ¿De veras piensas que tenemos alguna oportunidad? Este equipo está lleno de puros jugadores mediocres, sin ofender. Obviamente, no tenemos ni una chance contra los argentinos. No seas pendejo y acepta el dinero.
Esas palabras provocaron que al de rizos se le erizara la piel como si una brisa helada hubiera recorrido su espalda
— Siii Memo, total, ya perdimos y dinero es dinero. — Dijo uno de sus compañeros en el fondo
— Pinches vendidos... —murmuró el guardameta en voz baja, pero para su mala fortuna, fue lo suficientemente fuerte como para que sus compañeros lo escucharan.
De repente, Guillermo sintió una presión abrupta cuando Herrera entrelazo sus dedos entre su cabellera. La mano de Herrera se aferró con fuerza al cuero cabelludo del guardameta, haciendo que este apretara los ojos con intensidad y emitiera un pequeño gemido de dolor, Herrera tiró de su cabello, acercando su rostro al del contrario. No soltó su agarre hasta que ambos quedaron a escasos centímetros, casi rozando sus rostros
— Pobre idiota, ni siquiera sabes jugar, Eres una completa decepción para México, y aún asi te atreves a pensar que puedes vencer a Argentina. Ja, no puedes ser más pendejo y cretino.
Finalmente, Herrera soltó a Ochoa de su agarre, manteniendo la sonrisa burlesca que se había dibujado en su rostro. Ochoa lo observó con una furia contenida, mientras la sangre le hervía en las venas, cada latido intensificaba su enojo. La tensión palpable en el aire parecía intensificarse con cada segundo que pasaba, y el rostro de Ochoa reflejaba rabia y frustración.
Todos los demás compañeros de equipo observaban expectantes, en absoluto silencio, sin atreverse a pronunciar ni una sola palabra.
—Ya vámonos, el partido ya está por comenzar. —Anuncio Lozano a sus compañeros sin tocar el tema de lo que acababa de ocurrir.
Todos los demás se retiraron, dejando al guardameta solo, inmóvil y atrapado en su propia furia. Mientras el vestidor se vaciaba, él seguía batallando contra la tormenta de ira que se desbordaba dentro de él. Una vez que el silencio envolvió el lugar, Guillermo dejó escapar un suspiro profundo, como un eco de su frustración reprimida. Con un esfuerzo visible, trató de calmar el tumulto de sus emociones, buscando recuperar la compostura. Finalmente, salió del vestidor con una fachada de calma, fingiendo que nada había pasado.
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Han pasado casi dos años de este ship, nosé si aún siga vivo pero estaba aburrida y me agarró nostalgia además de que hace poco estaba el auge de la copa América así que quise hacer una historia nueva, ya faltan menos de 3 meses para que sea el segundo aniversario del ship😭
Este ship me trae muy bonitos recuerdos, espero que les guste está historia, les agradecería mucho si votarán y comentaran 🫶🏿
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𝓐𝓺𝓾𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓝𝓸𝓬𝓱𝓮 𝓔𝓷 𝓠𝓪𝓽𝓪𝓻. | Mechoa (Messi x Ochoa)
Romance¿Acaso está mal? Las circunstancias, en su impredecible juego, nos traicionan sin piedad, al igual que los pensamientos y deseos, que a menudo revelan su propia deslealtad. Pero, ¿quién se erige en juez de lo que es correcto y lo que es erróneo?, ¿q...