¿y yo?

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Así que al final como el cliché del empoderamiento decía que iba a quedar fue como quedé, no precisamente para bien, egoísta encontraba el típico "solo estás tu para ti" al final realmente solo quedé yo para mí, curiosamente no lo quería aceptar, forzosamente me tuve que acostumbrar.
la soledad y yo aprendimos a bailar, con pisadas y choques fue un inicio al cual no veía futuro, ahora bailamos juntas como si entre nosotras no estuviera ese muro, ahora conmigo me río aunque a veces espero algún saludo, aunque se que no responderé y quedará mi voz en nulo.

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