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Advertencia: omegaverse, fluff y angst mezclado.

Nayeon!Alfa x Jeongyeon!Alfa x Jihyo!Omega

~En esta negra oscuridad estás brillando tan intensamente

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~En esta negra oscuridad estás brillando tan intensamente...

Nayeon dejó caer su bolso en el suelo, en mitad del comedor, y volteó su mirada hacia Joengyeon. Su mejor amiga se encontraba en la cocina, preparándose una leche con cereal como desayuno, y con esa enorme sonrisa en su rostro.

No podía dejar de recordar el rostro de Jihyo, sólo minutos atrás, cuando se la encontró de frente en la puerta. Venía con el rostro cubierto de rojo, los ojos brillando fuertemente, aunque con cierta expresión de pánico que no supo identificar bien. ¿Qué estaba haciendo la omega allí? Era la pregunta que rondaba por su cabeza, una y otra y otra vez.

Imaginarse lo peor le estaba provocando un retorcijón en el estómago, y más cuando recordó la llamada que compartió con la chica. ¿Es qué acaso cambió de opinión?

—Te mueres por preguntarme, lo sé —habló Jeong, y Nayeon se volteó a mirarla—, pero te la haré fácil: no, no me acosté con ella. Jihyo sólo pasó la noche aquí, pero no la llevé a la cama, metafóricamente hablando.

Nayeon tuvo que sentirse aliviada al escuchar eso, pero fue peor: pudo sentir como el enojo la invadía, porque Jihyo pasó la noche allí y no hubo nada sexual entremedio. Jeongyeon seguía comiendo su desayuno como si nada, y la alfa mayor percibió el aroma a bebé de Jihyo en su mejor amiga.

—¿Por qué estaba aquí? —preguntó, tratando de no verse molesta, a pesar de que no podía soportar la situación—. Si no estaba aquí por la apuesta, ¿entonces qué hacía aquí? —Jeongyeon parpadeó, observándola—. ¿Sabes cuál es la regla número uno o no?

Jeong bajó el bol donde tenía su desayuno, atónita por lo que estaba escuchando, y Nayeon se sentía aliviada de haberla agarrado desprevenida. Eso era lo que necesitaba.

—¿O ya rompiste también la regla cinco? —siguió preguntando la alfa mayor—. ¿Estás enamorada de Jihyo

—¡No! —saltó Jeong, apretando su boca en un mohín de rabia—. ¡No he roto ninguna regla, y menos esa!

Nayeon se encogió de hombros, fingiendo una indiferencia que no sentía. No podía creer que Jeong hubiera llevado a Jihyo allí, de seguro se besaron. No era ninguna idiota, y si ellas no se acostaron, probablemente hicieron otras cosas. Jeongyeon no habría desperdiciado una oportunidad como esa.

—La primera regla es estúpida —masculló Jeong, tratando de calmarse. No sabía cómo Nayeon le sacó tan rápido de los estribos, cuando sólo antes había estado en una nube al recordar los besos con Jihyo—. ¿Por qué no traerla? Aquí sería más fácil grabarla cuando me la folle.

Por dios, Nayeon se enojó mucho más al escucharla decir eso con tanta simpleza, al hablar de Jihyo como si fuera un juguete.

Pero eso se supone que era. Ellas apostaron su virginidad como si no fuera nada para ellas.

Monocromía [3Mix~Twice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora