II

36 1 7
                                    

—¡¡Por favor, que alguien me ayude!! —escucho un pedido de auxilio, cierro el ojo izquierdo y me concentro para activar la visión de almas, oscureciendo mi vista donde sólo se muestran pequeños corazones y algunas esferas, ambas con auras de difer...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡¡Por favor, que alguien me ayude!! —escucho un pedido de auxilio, cierro el ojo izquierdo y me concentro para activar la visión de almas, oscureciendo mi vista donde sólo se muestran pequeños corazones y algunas esferas, ambas con auras de diferentes colores.

Veo que no muy lejos de donde estoy se encuentran un corazón verde y una esfera con un brillo rojizo. Abro de nuevo el ojo y, como consecuencia, aclaro mi campo de visión para dirigirme a donde vi ambos tipos de almas, guiándome con lo que recuerdo.

—Mira lo que tenemos aquí, pero si es un angelito, ¿qué es lo que te trae por estos lares? —dice el ser con el alma en forma de esfera mirándome con desdén por encima de su hombro. Por lo que veo tiene al rededor de 30 o 35 años, o eso aparenta, cabello rubio con mechas anaranjadas, ojos negros y ropas elegantes— Te hubiera matado si no fuera porque ya tengo una presa para esta noche, así que por hoy te salvas, largate antes de que cambie de opinión —hizo un movimiento con su mano, indicando que me fuera de ese sitio. Mientras él habla aprovecho para sacar mi daga, transformándola en una lanza.

—Creo que has cometido un error, demonio. Si yo fuera tú, no estaría tan segura de quién es la presa —digo con la mirada baja, ocultando mi sonrisa, al fin encontré uno de mis objetivos.

Con arma en mano me preparo para cualquier intento de ataque por parte de mi semejante, fijando mis ojos en este. Incluso si no soporto a los odiosos humanos, mi trabajo es proteger a los inocentes y acabar con los que se opongan.

Repentinamente aparezco en frente del humano deteniendo las espadas de mi oponente, está irritado por mi acción. Seguido de ese intento fallido, trata de apuñalarme en el pecho, cosa que esquivo con relativa facilidad, arrastrando al más débil conmigo.

—Oe humano, deberías levantarte y correr lejos, si es que quieres salir vivo de esta —le aconsejo, girando mi cabeza a él, está tan asustado que no podía ni moverse. 

—¿A qué coño te refieres de que quién es la presa? ¡¡Obviamente eres tú!! —después de gritar eso, corre en mi dirección, alzando ambas espadas para, segidamente, estamparlas contra el suelo donde anteriormente me ubicaba, llevandome al joven, que seguía paralizado del miedo.

—¿A caso te quieres morir o qué? ¡Vete antes de que sea demasiado tarde, humano! —le digo dándole un toque con el pie para ver si reacciona de una vez, causando que saliera de su trance.

—¡S-sí! —tartamudea un poco para salir corriendo como si no hubiera un mañana.

—Ah, no ¿A dónde crees que vas, mocoso? —menciona tratando de atraparlo, cosa que impido.

—Oye, tu oponente soy yo, no él —le hablo ya un poco fastidiada, avanzando hacia el demonio—. Estoy cansada de todos ustedes, ¿sabes? No voy a alargar más este sin sentido —liberando la energía acumulada durante los últimos días. Apuntando al frente con mi arma, intento atravesarlo con ella, siendo detenida por el demonio atrapando mi lanza cruzando las dos espadas.

Un mundo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora