VI

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Desde un principio, Abril sabía que sería dificil.

Incluso cuando ni siquiera eran pareja y Ari mantenía sus lindos sentimientos por Sam escondidos, sabía que todo podía ser muy complicado en dado caso que terminaran juntas.

Y lo confirmó en la primera semana de relación, los comentarios fueron lo primero, y lo más suave. Luego los insultos, las señalaban y se burlaban y reían, incluso llegaron a recibir amenazas. ¿qué se creía la gente y por qué eran tan entrometidos en algo que no debía importarles?

Llegaron al punto de golpearlas. A Sam solo le dieron un empujón pero a Ari si la dejaron un poco maltratada, igual, los otros acabaron peor, desde ese momento la gente empezó a temerle a Abril y no se atrevían a decir o hacer nada contra ellas, solo las miraban y murmuraban un poco.

Para Ari, eso era más soportable que el atorrante acoso que vivían antes.

Los meses pasaron y contrario a lo que decía la gente, Samantha parecía cada vez más enamorada de la castaña, y Abril también estaba cada día más embobada con la pequeña, nada interrumpió sus sentimientos hacia la otra, y cuando llegaron al año de relación supieron que nada lo haría, o no lo permitirían, no luego de todo lo que habían pasado.

Eran fuertes y su amor lo era más todavía, estaban dispuestas a superar todo lo que fuera necesario para mantenerse juntas por el resto de la eternidad. Estaban seguras de que sus almas permanecerían juntas incluso después de la muerte, que sin importar sus distintas condiciones de ángel y demonio se mantendrían juntas por siempre.

Fue difícil convencer a las familias de ambas, pero al final cedieron y aceptaron que estuvieran juntas, pues, eran simplemente dos jóvenes que se amaban, ¿qué tenía eso de malo?

Y ellas se prometieron que, sin importar lo que pasase, lo superarían, se amarían eternamente y estarían la una para la otra en cualquier momento que lo necesitaran, de lo más simple como acompañarse a hacer las compras, hasta lo más difícil, las dificultades legales para estar juntas en matrimonio.

Así... sin importar qué, ellas se amarían.

Fin.

Los opuestos se atraen (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora